miércoles, 22 de diciembre de 2010

Papa Benedicto XVI invita a fieles a dejarse "sorprender e iluminar" por la venida de Jesús

En la audiencia general del pasado miércoles 22 de diciembre, la última antes del día de Navidad, el Papa Benedicto XVI manifestó que "la espera gozosa, característica de los días que preceden la Navidad, es sin duda la actitud básica del cristiano que desea vivir fructuosamente el encuentro renovado con Aquel que viene a habitar entre nosotros: Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre".

En su mensaje, el Sumo Pontífice indicó que "los primeros que acogieron la llegada del Mesías” fueron “Zacarías e Isabel, los pastores, la gente común, y en especial María y José". Luego explicó que "todo el Antiguo Testamento constituye una única y gran promesa que se cumplirá con la venida de un salvador. Junto a la espera de los personajes de las Sagradas Escrituras encuentra espacio y significado a través de los siglos”.

La venida de Jesús, prosiguió el Santo Padre, "no puede tener otro propósito que el de enseñarnos a ver y amar los acontecimientos, el mundo y todo lo que nos rodea, con la misma mirada de Dios. El Verbo hecho niño nos ayuda a comprender la forma de actuar de Dios, para que seamos capaces de dejarnos transformar cada vez más por su bondad y su misericordia infinitas".

Más tarde, el Vicario de Cristo invitó a dejarnos "sorprender e iluminar de nuevo por esta venida, por la Estrella, que desde Oriente, inundó de alegría al mundo" e igualmente exhortó a los fieles a purificar "nuestra conciencia y nuestra vida de lo que es contrario a esa venida: pensamientos, palabras, actitudes y acciones, comprometiéndonos a hacer el bien y a contribuir a instaurar en este mundo la paz y la justicia para todos los seres humanos y caminar así hacia el Señor".

Al reflexionar sobre la importancia del pesebre o nacimiento, tradición de muchos pueblos cristianos alrededor del mundo, el Papa aseguró que "es la expresión de nuestra espera, pero también de la acción de gracias a Aquel que decidió compartir nuestra condición humana en la pobreza y la sencillez".

"Me alegro de que siga vigente e incluso se vuelva a descubrir la tradición de preparar el Belén en las casas, en los lugares de trabajo, y de reunión. Este testimonio auténtico de la fe cristiana ofrezca también hoy a todas las personas de buena voluntad una imagen sugestiva del amor infinito del Padre para todos nosotros y que los corazones de los niños y los adultos todavía se sorprendan ante ella", señaló.

Por último, el Papa Benedicto XVI expresó: “Deseo a todos una feliz Navidad y os invito a preparar vuestro corazón para recibir al Niño Jesús. Que la Virgen María y San José nos ayuden a vivir el Misterio de este tiempo santo con renovada gratitud al Señor, ofreciendo a los demás paz y alegría".

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