
En su mensaje, el Sumo Pontífice indicó que "los primeros que acogieron la llegada del Mesías” fueron “Zacarías e Isabel, los pastores, la gente común, y en especial María y José". Luego explicó que "todo el Antiguo Testamento constituye una única y gran promesa que se cumplirá con la venida de un salvador. Junto a la espera de los personajes de las Sagradas Escrituras encuentra espacio y significado a través de los siglos”.
La venida de Jesús, prosiguió el Santo Padre, "no puede tener otro propósito que el de enseñarnos a ver y amar los acontecimientos, el mundo y todo lo que nos rodea, con la misma mirada de Dios. El Verbo hecho niño nos ayuda a comprender la forma de actuar de Dios, para que seamos capaces de dejarnos transformar cada vez más por su bondad y su misericordia infinitas".
Más tarde, el Vicario de Cristo invitó a dejarnos "sorprender e iluminar de nuevo por esta venida, por la Estrella, que desde Oriente, inundó de alegría al mundo" e igualmente exhortó a los fieles a purificar "nuestra conciencia y nuestra vida de lo que es contrario a esa venida: pensamientos, palabras, actitudes y acciones, comprometiéndonos a hacer el bien y a contribuir a instaurar en este mundo la paz y la justicia para todos los seres humanos y caminar así hacia el Señor".
Al reflexionar sobre la importancia del pesebre o nacimiento, tradición de muchos pueblos cristianos alrededor del mundo, el Papa aseguró que "es la expresión de nuestra espera, pero también de la acción de gracias a Aquel que decidió compartir nuestra condición humana en la pobreza y la sencillez".
"Me alegro de que siga vigente e incluso se vuelva a descubrir la tradición de preparar el Belén en las casas, en los lugares de trabajo, y de reunión. Este testimonio auténtico de la fe cristiana ofrezca también hoy a todas las personas de buena voluntad una imagen sugestiva del amor infinito del Padre para todos nosotros y que los corazones de los niños y los adultos todavía se sorprendan ante ella", señaló.
Por último, el Papa Benedicto XVI expresó: “Deseo a todos una feliz Navidad y os invito a preparar vuestro corazón para recibir al Niño Jesús. Que la Virgen María y San José nos ayuden a vivir el Misterio de este tiempo santo con renovada gratitud al Señor, ofreciendo a los demás paz y alegría".
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