Madre María
Inés Arias
La Sierva de Dios
madre María Inés-Teresa Arias nació en Ixtlán del Río, Nayarit, el 7 de julio
de 1904. Fue la quinta de ocho hijos de la familia Arias Espinosa. En octubre
de 1924, durante el Congreso Eucarístico en México la gracia tocó su corazón,
sintiéndose totalmente atraída por él, tomando la decisión de ingresar a la
vida religiosa. El día de Cristo Rey de 1926 se consagró al amor misericordioso
como víctima de holocausto.
Después de una serie
de pruebas y sufrimientos logró lo que tanto anhelaba su corazón: el 7 de julio
de 1929 ingresó al Monasterio de Clarisas del Ave María que, a causa de la
persecución religiosa, se encontraba expatriado en Los Ángeles, California. En
el año de 1933 emitió sus votos perpetuos. Doce años después, en 1945, con la
aprobación de sus superioras y de la autoridad eclesiástica fundó la
Congregación de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento en Cuernavaca.
La obra creció rápidamente, recibiendo
el 22 de junio de 1955 la aprobación
pontificia por parte de la Santa Sede.
Su vocación a la
oración, a las almas y a la cruz se conjugó con una adhesión y abandono total a
la voluntad de Dios. Su escuela de oración era la Palabra de Dios leída en la
Escritura, meditada en su corazón, releída en comunión con la Iglesia.
La Eucaristía y el
amor a María fueron el centro de su vida. Ante el sagrario y desde los
brazos maternales de la santísima Virgen las pruebas y sufrimientos
sintonizaban con los intereses de Jesús: "Tú te ocuparás de mis intereses
y yo me ocuparé de los tuyos."
Su celo misionero,
su oración constante, el ejercicio heroico de todas las virtudes, la llevaron,
con el lema: Es urgente que Cristo reine", por el mundo estableciendo
misiones en Japón, Indonesia Sierra Leona, Nigeria, Costa Rica, Estados Unidos,
México Italia, España, Irlanda. La línea misionera de Madre Inés se centra en
la sed de almas; su familia misionera -Misioneras Clarisas, Misioneros laicos
Van-Clar y Misioneros de Cristo- es la formulación concreta de este carisma
misionero donado a la Iglesia.
El 9 de diciembre de
1980 la Sierva de Dios fue recibida por el Santo Padre Juan Pablo II en su
capilla privada. Eran sus bodas de oro. Allí renovó sus votos y ofreció al
Santo Padre la congregación con todos sus miembros presentes y futuros. El
Papa comentó espontáneamente: "Como
es fiel, como es fiel". La sierva de Dios murió como había vivido, en
serenidad y sencillez, abandono en manos del Padre en un acto de amor perfecto,
el 22 de julio de 1981. La vida y la muerte de la Sierva de Dios fueron un
himno de alabanza, un himno que resonó en el mundo y que dio comienzo al himno
de las bodas eternas.
Para que conozcas más datos sobre la beatificación, visita:
Testimonio de la Madre Julia Meijueiro
Superiora General de las Misioneras Clarisas
Testimonio Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
Fundador de Familia Eucarística
Testimonio del P. Alfredo Delgado
Misionero de Cristo para la Iglesia Universal
Testimonio Hna. Martha Gabriela Hernández
Misionera Clarisa
Testimonio Hna. Ana Rosa Macías
Misionera Clarisa
Testimonio P. José Radilla
Superior General de los Misioneros de Cristo
Testimonio Hna. María Teresa Torres
Misionera Clarisa
Testimonio Hna. María Elena Otamendi
Misionera Clarisa
Testimonio Hna. Bertha Valero
Misionera Clarisa
Testimonio Carlos David Juárez
Miembro de Vanclar
Testimonio Hna. Guadalupe Salinas
Misionera Clarisa
Testimonio Juan Ignacio
Miembro de Van-Clar
Testimonio de Ma. de la Luz Chávez
Miembro de Familia Eucarística,
Coordinadora del grupo "Los Sagrados Corazones"
Uno de los testimonios más emotivo fue el de la Hna. Silvia Burnes, quien al ser la Postuladora de la Causa de Beatificación de la Madre María Inés, ha vivido muy de cerca todo este proceso.
Beatificación de la Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento
21 de abril de 2012
I. N. Basílica de Guadalupe
Justo hace una hora, mientras buscaba llevaba dos días buscando la credencial de mi trabajo, encontré un librito con una breve historia de la Madre María Inés, me arrodillé y le pedí que intercediera para que la encontrara, y después de volver a buscar en mi closet (ya lo había hecho un día antes), la encontré en el bolsillo de mi pantalón.
ResponderEliminar¡Gracias Madre Maria Inés!
Arturo Nájera M., México, 26-sep-2016.
najera27g@gmail.com