martes, 22 de octubre de 2013

SIN TI, EL ORGULLO, EL MIEDO Y EL PECADO, ME DOMINAN

SIN TI, EL ORGULLO, EL MIEDO Y EL PECADO, ME DOMINAN

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio del domingo 27 de octubre del 2013. XXX Domingo Ordinario
Evangelio: Lucas 18, 9-14. En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: "Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:"¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo."El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al Cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo:"¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador. "Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."

LECTURA: Lee, pausadamente, una o dos veces el texto del Evangelio, haz un poco de silencio interior, cierra los ojos y visualiza a los personajes y piensa que te dice a ti, personalmente, la Palabra de Dios.

MEDITACIÓN. Este fragmento del Evangelio, según san Lucas, sitúa al Señor Jesús, ante algunos que se “sentían justos y seguros de sí mismos, que despreciaban a los demás”. La parábola, con la que Jesús los instruye cuenta, como personajes, con dos hombres que hacen oración y con Dios mismo. Dios es Quien escucha a los que oran. La invitación de Jesús, para su audiencia es que sean sencillos y que de esa manera manifiesten las intenciones de su corazón. Ciertamente este pasaje evangélico, en pocas palabras nos lleva a reflexionar sobre la oración, la autenticidad de vida, la humildad ante Dios y la soberbia humana, y nos da pistas para orar auténticamente, ser libres y felices, por haber sido escuchado por Dios y por ser sencillos ante Él y los demás. Si observamos a detalle, nos damos cuenta que el Señor Jesús, nos invita a centrar nuestra vida en Dios y en mantenernos en un diálogo sincero con Él, a través de la oración, para poder llegar a ser felices y a ser santos; porque a fin de cuentas, el hombre orgulloso, a través de su desprecio, manifiesta su infelicidad, mientras que el hombre sencillo, al encontrarse con Dios, vive en paz.

ORACIÓN: Guardo silencio, reflexiono sobre lo que medité y hago mi oración propia, lo que sigue sólo es una guía: Señor, en humildad tengo que reconocer que, yo, perdido en la inmensidad del universo y en medio de más de 7 mil millones de personas, soy muy pequeño y débil. Tengo que aceptar que necesito de los demás para vivir y ser feliz y que ¡esto te incluye a Ti! Tengo que admitir que mi naturaleza herida me hace propenso al pecado, que me fractura en mi interior, rompe mi relación con los demás, hace que vea lo que me rodea como contrario a mí y que sobre todo, viva separado de Ti. Tengo que aceptar que sin Ti, el orgullo, el miedo y el pecado, me dominan.
Te doy gracias, Padre, porque en Jesús te manifiestas como Dios lleno de misericordia y me ofreces tu perdón y tu amor, para que entienda cuánto me amas y que sólo Tú bastas. 

Jesús, amado por Ti ¿qué necesito? ¡NADA!, solo Tú bastas. Concédeme pues, buscarte y encontrarte en la oración, experimentar tu amor y reconocer mi indignidad, para que redimido por Ti, restablezca mi individualidad fracturada, sane mis relaciones y vea a la sociedad y a lo que me rodea, como signos de tu amor y medios para llegar a Ti. Señor Jesús, haz que mi corazón sea como el tuyo, manso y humilde, para experimentar el amor de Dios Padre y movido por el Espíritu Santo, viva y comparta, tu amor y la fe en Ti.

CONTEMPLACIÓN: El orgullo y la soberbia, así como la injustica e infelicidad del fariseo, aún hoy, son notorias en muchas personas y tengo que aceptar que en más de alguna ocasión, quizás muchas, han estado presentes en mí. Los efectos de estas actitudes se manifiestan en las injusticias que nos rodean y la causa principal es la falta de una auténtica relación con Dios. Hay quienes niegan a Jesús, lo rechazan e inútilmente lo persiguen, pero también hay quienes dicen que creen en Él, “hacen oración” y actúan como si Él no existiera. Ambos tipos de personas, no sólo se hacen daño, perjudican a los demás, a quienes no ven como a su prójimo, sino como a alguien de quien se puede aprovechar o por lo menos hacer sentir mal. En cambio, quienes, en la oración se encuentran con Jesús, tienen paz en su corazón y a pesar de las adversidades, dan amor y se mantienen en el esfuerzo de hacer mejores sus vidas y este mundo, procurando el bien común, porque su corazón se ha llenado del amor de Dios. Para experimentar el amor de Dios, ser redimidos, servir a los demás y ser felices, necesitamos orar, recordemos lo que el Papa Francisco nos ha dicho: “la oración perseverante es expresión de la fe en un Dios que nos llama a combatir con Él, cada día, cada momento, para vencer el mal con el bien” (PAPA FRANCISCO. Ángelus. 13-10-20)

ACCIÓN: Incrementaré mi tiempo de oración. Si no sé orar, aprenderé. En la oración me sumergiré en el amor de Dios y haré momentos de silencio para escucharlo, fortalecerme y hacer su voluntad.

Para fortalecer mi intención de tener un corazón humilde, redimido y sencillo para amar, oraré con el siguiente (u otro) canto.


Gracias quiero darte por amarme, gracias quiero darte yo a Ti, Señor. 
Hoy soy feliz porque te conocí; gracias por amarme a mí también 
Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero,
toma mi vida, hazla de nuevo, yo quiero ser un vaso nuevo 
Te conocí y te amé, te pedí perdón y me escuchaste;
si te ofendí, perdóname Señor, pues te amo y nunca te olvidaré 
Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero,
toma mi vida, hazla de nuevo, yo quiero ser un vaso nuevo 

Si deseas hacer algún comentario puedes escribirme a
evangelizarorando@yahoo.com.mx

martes, 15 de octubre de 2013

SEÑOR, LLÁMAME, DAME TU PAZ Y ENVÍAME

SEÑOR, LLÁMAME, DAME TU PAZ Y ENVÍAME

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Evangelio del domingo 20 de octubre del 2013. Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND)
Evangelio: Marcos 16,15-20: En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once, y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice se salvará, el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos.

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al Cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.

LECTURA: Lee, pausadamente, una o dos veces el texto del Evangelio, haz un poco de silencio interior, cierra los ojos y visualiza a los personajes y piensa que te dice a ti, personalmente, la Palabra de Dios.

MEDITACIÓN.   Hoy celebramos el día mundial de las Misiones (DOMUND). Jesús resucitado se aparece a los apóstoles y los sana de sus miedos y temores, les da la paz y perdona sus pecados. En la escena del Evangelio de hoy, antes de subir al Padre, Jesús instruye a sus apóstoles, los envía a evangelizar y ellos obedecen y confirman que efectivamente Jesucristo les guía y acompaña en su misión. Ellos responderán de manera individual y grupal, como Iglesia. Con alegría reciben el mandato de evangelizar y con alegría comparten la “Buena Noticia”. El Evangelio que anuncian, toca y transforma corazones, pero a ellos también los transforma, al ver las maravillas de Dios. Todo el mundo debería poder experimentar la alegría de ser amados por Dios, el gozo de la salvación, todos los bautizados deberíamos compartir el Evangelio.
En el documento con que se anuncia el Año de la Fe, el Papa emérito Benedicto XVI, pidió nuestro esfuerzo para que se fortaleciera nuestra “relación con Cristo, el Señor, pues sólo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero” (Carta Ap. Porta fidei, 15).
Los creyentes, tanto en comunidad parroquial, familiar o de manera individual, manifestamos la madurez de nuestra fe cuando hacemos vida el mandato de evangelizar, cuando damos testimonio a las personas que encontramos y con las que compartimos el camino de la vida.
Evangelizar es una nota esencial de nuestra fe bautismal, por eso de manera individual, familiar o parroquial e incluso diocesana, debemos hacer vida las enseñanzas de Jesucristo, dando testimonio y anunciando del Evangelio, que es el amor de Dios, manifestado en Jesucristo.
En la tarea de la evangelización no estamos solos, nos acompañan el Señor Jesús y la Iglesia. Sin Ella, no podemos anunciar ni hacer presente de manera eficaz a Jesucristo y su mensaje de salvación.
Los apóstoles fueron enviados a un mundo en el que no se conocía a Jesucristo, ni sus enseñanzas, donde Él era rechazado, mientras las personas se sumergían en un mar de tristeza, de violencia y sin sentido de vida. El ser humano de aquellos tiempos, tiene mucha semejanza con el de hoy, donde se destaca y se propone la mentira, como estilo de vida. El Papa Francisco, en su mensaje del DOMUND, señala: “vivimos en una época de crisis que afecta a muchas áreas de la vida, no sólo la economía, las finanzas, la seguridad alimentaria, el medio ambiente, sino también la del sentido profundo de la vida y los valores fundamentales que la animan. La convivencia humana está marcada por tensiones y conflictos que causan inseguridad y fatiga para encontrar el camino hacia una paz estable. En esta situación tan compleja, donde el horizonte del presente y del futuro parece estar cubierto por nubes amenazantes, se hace aún más urgente el llevar con valentía a todas las realidades, elEvangelio de Cristo, que es anuncio de esperanza, reconciliación, comunión; anuncio de la cercanía de Dios, de su misericordia, de su salvación; anuncio de que el poder del amor de Dios es capaz de vencer las tinieblas del mal y conducir hacia el camino del bien. El hombre de nuestro tiempo necesita una luz fuerte que ilumine su camino y que sólo el encuentro con Cristo puede darle. Traigamos a este mundo la esperanza que se nos da por la fe, a través de nuestro testimonio, con amor”.
Pidamos experimentar “la dulce y confortadora alegría de evangelizar” (Pablo VI, Exhort. Ap. Evangelii nuntiandi, 80).
El proceso misionero es más eficaz, cuando se cuenta con testigos, más que con repetidores o protagonistas. Por eso el Señor Jesús, primero sana el corazón de sus discípulos, les concede experimentar su amor y los prepara.
ORACIÓN:  Guardo silencio, reflexiono sobre lo que medité y hago mi oración propia, lo que sigue sólo es una guía: Señor Jesús, Tú tocaste las puertas de mi corazón a través de quienes me compartieron su fe, dando testimonio de tu amor y presencia en su vida; concédeme la alegría que experimentaron la Virgen María, los apóstoles y los santos, cuando con su ejemplo te anunciaron y construyeron tu Reino, aun en medio de infinidad de problemas; para que en lugar de dejarme vencer por las adversidades o el desaliento, guiado por tu Espíritu de amor, transforme mi realidad y mi entornos, haciendo este mundo mejor. Señor, permite que experimente “la dulce y confortadora alegría de evangelizar”, como ocurrió con ellos. ¡Señor, llámame, dame tu paz y envíame!
 
CONTEMPLACIÓN: Para llevar a Jesús a los demás debo de tener un corazón reconciliado con Dios, disfrutar de la alegría de su presencia y experimentar el gozo de compartirlo y fortalecer la fe de quienes me rodean.
¿He abierto mi corazón a Dios, he dejado que Él me sane y fortalezca? ¿Cómo me instruye Dios? ¿Estoy atento a lo que pasa a mi alrededor? ¿Hago alguna lectura espiritual o reflexiono algún documento del Papa o de mi Obispo? ¿Comparto mi fe? ¿Veo y disfruto las maravillas que el Señor Jesús hace en mi corazón, cuándo lo comparto mi fe con el que está alejado de Dios, o con el enfermo o con el necesitado? ¿Escucho cómo Él me envía a mis hermanos?
ACCIÓN: Sabiendo que el Señor Jesús me envía a Evangelizar, yo anunciaré la Buena Nueva, con mis palabras, con mis acciones y actitudes y con mi testimonio; para ello dejaré que el amor de Dios sea el que me anime y guíe hacia mis hermanos y vaya a donde haga más falta mi testimonio y la presencia de Dios.
Para ayudarme en este propósito me aprenderé la siguiente canción:
“Señor, toma mi vida nueva, antes de que la espera desgaste años en mí.
Estoy, dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea, Tú llámame a servir
Llévame donde los hombres, necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir:
Dónde falte la esperanza, dónde todo sea triste, simplemente, por no saber de Ti.
Te doy, mi corazón sincero, para gritar sin miedo, lo hermoso que es tu amor .
Señor, tengo alma misionera, condúceme a la tierra, que tenga sed de voz
Llévame...
Y así, en marcha iré cantando, por pueblo predicando, tu grandeza Señor;
Tendré. mis brazos sin cansancio, tu historia entre mis labios, tu fuerza en la oración
Llévame...
 
Si deseas hacer algún comentario puedes escribirme a evangelizarorando@yahoo.com.mx

viernes, 11 de octubre de 2013

SANTO ROSARIO

 Rosario por las "Nuevas Generaciones", este rosario fue el que se leyó en el Estadio Azul, el sábado 5 de Octubre


SANTO ROSARIO
Ofrecido por las Nuevas Generaciones

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
 
Iniciamos el rezo del Santo Rosario, estando de pie
QUIEN PRESIDE:                       Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor, Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

R:   Amén.
QUIEN PRESIDE:  Señor abre mis labios
R:  Y mi boca proclamará tus alabanzas.
 
QUIEN PRESIDE:  Reconociendo que somos pecadores
 y estamos necesitados del auxilio divino,
para celebrar este Misterio de Amor,
recemos el acto de contrición, diciendo:

RPésame Dios mío, pésame por el pecado que cometí,
por el infierno que merecí y por el Cielo que perdí;
pero mucho más me pesa el haber ofendido
a un Dios tan bueno y grande como Tú.
Propongo, con tu ayuda, enmendarme y evitar
las ocasiones próximas de pecado, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuese impuesta.
Confío me perdonarás, por tu infinita misericordia.
Amén.

QUIEN PRESIDE: La gracia de nuestro Señor Jesucristo,
nacido de la Virgen María,
el amor del Padre
y la comunión del Espíritu Santo
estén con todos ustedes.
R:  Y con tu espíritu.
 
QUIEN PRESIDE:  Oremos:
Oh Dios, Padre bueno, que en la Virgen María,
primicia de la redención
nos has dado una madre de inmensa ternura;
abre nuestros corazones a la alegría del Espíritu
y haz que, a imitación suya,
sepamos alabarte por la maravillas realizadas en
Cristo, tu Hijo, Sacerdote Eterno
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios por los siglos de los siglos. 
R:  Amén.

Primer Misterio
DOS PERSONAS MAYORES DE 60 AÑOS (hombre y mujer): “LA RESURECCIÓN”.
 
OFRECIMIENTO: Ofrecemos este primer misterio del Rosario, por los adultos mayores, los enfermos y discapacitados, así como por todos aquellos que son pobres o han perdido todo a causa de las guerras, de la violencia o de males naturales, como los que han azotado a nuestro país, para que la resurrección de Jesucristo, genere en ellos la fortaleza que les permita seguir compartiendo su fe y sean signo de esperanza y de sabiduría para las nuevas generaciones.
 
REFLEXIÓN: El paso de los años, la superación de problemas y el ánimo para salir adelante en medio de las dificultades de la vida, confiando siempre en Dios, ha fortalecido la fe de infinidad de personas y ha generado en ellas la sabiduría que han de compartir con las nuevas generaciones. Vencedores en Cristo, todos los ancianos, enfermos y discapacitados; todos los que en medio de la adversidad hemos experimentado el amor de Dios; que está siempre a nuestro lado, especialmente en el pobre y en el que sufre; todos ellos y nosotros también, somos invitados por la Iglesia para que con alegría demos testimonio de Cristo resucitado, compartiendo la fe con las nuevas generaciones, tierra fértil donde el Señor nos reta a sembrar la semilla de su Palabra para que Él haga que broten muchos frutos de fe y santidad. ¡Jesús Eucaristía, sigue sosteniéndonos con tu yugo suave, en el empeño de salir y evangelizar a las nuevas generaciones!
Todos: Amén
 
Rezo del Padre Nuestro, las diez Ave Marías y el Gloria.
 
JACULATORIA: Santa María de Guadalupe, mujer eucarística, pon mi corazón en el tuyo,
TODOS: para que desde ahí adore a Jesús Eucaristía.
 

 
SEGUNDO MISTERIO
ADULTOS (MATRIMONIO): “LA ASCENCIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO AL CIELO”.
 
OFRECIMIENTO: Ofrecemos este segundo misterio por todos los adultos, casados o no, que valorándose a sí mismos y a su fe, respetan la institución del matrimonio, fundamento de toda familia, particularmente la católica y que a través de su testimonio casto, procuran alentar a las nuevas generaciones para que vivan plenamente el amor humano que en la sexualidad encuentra un elemento que le es propio y que aunado a la fidelidad y a la perseverancia, les ayuda a hacer este mundo mejor, a ser felices y a alcanzar la santidad.
 
REFLEXIÓN: Todos los católicos adultos tenemos el compromiso con las nuevas generaciones de darles el testimonio alegre de nuestra fe en Jesucristo. Fe que nos ha ayudado a ser mejores, a salir adelante, a no darnos por vencidos y a tener esperanza y confianza. Fe que nos reta a hacer este mundo mejor. Ciertamente en el horizonte actual vemos situaciones incorrectas, que son una manifestación del alejamiento de Dios, por lo que la cultura de la muerte se extiende, pero en medio de esta realidad, está el católico comprometido que es luz en medio de las sombras y anuncia a Jesucristo. En particular en este Rosario, los adultos escuchamos la voz de Dios que nos reta a remar mar adentro y a lanzar las redes, en su nombre, al encuentro de las nuevas generaciones y de las periferias de nuestra comunidad católica. ¡Jesús Eucaristía, amigo fiel que siempre has estado con nosotros, en medio de las encrucijadas de nuestra vida, te decimos, quédate con nosotros y danos siempre ese pan de vida que eres Tú mismo, para que enviados por ti seamos fieles a Ti y a nuestros hermanos, en la búsqueda, encuentro y formación, de las nuevas generaciones.
Todos: Amén
 
Rezo del Padre Nuestro, las diez Ave Marías y el Gloria.
 
JACULATORIA: Santa María de Guadalupe, mujer eucarística, pon mi corazón en el tuyo,
TODOS: para que desde ahí adore a Jesús Eucaristía.
 

 
TERCER MISTERIO
JÓVENES (hombre y mujer): “LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO SOBRE LA VIRGEN MARÍA Y LOS APÓSTOLES”
 
OFRECIMIENTO: Ofrecemos este misterio del Rosario por todos los hombre y mujeres jóvenes, por los que ya han constituido una familia o un día lo harán, por los que han escuchado la llamada a seguir a Jesucristo en la vida religiosa o sacerdotal, por quienes ya respondieron o están en espera de dar un sí definitivo a la voz de Dios que les invita a hacerlo presente en el ministerio sacerdotal. Pedimos también por los jóvenes que han perdido la esperanza o han sido atrapados en las garras de los vicios o de una sexualidad mal encaminada, pero sobre todo, pedimos por todos aquellos que han de recibir el anuncio de la Buena Nueva, a través de los jóvenes que nos lanzamos a la evangelización del joven por el joven, para que abran su corazón a la alegría que procede de Dios.
 
REFLEXIÓN: Infinidad de jóvenes viven tristes y sin esperanza en su vida, porque no conocen el amor de Dios y lo que ellos contemplan en sus ambientes y en el horizonte de su vida no les es promisorio y en muchas ocasiones les genera miedo e inseguridad. En medio de esta realidad, también están los jóvenes que han dejado que la Palabra de Dios habite en sus corazones y en el encuentro con Jesús Eucaristía, en la Misa dominical y en sus grupos y movimientos, van viviendo y fortaleciendo su fe. Porque la alegría del Evangelio, es para todos los jóvenes, todos y especialmente los jóvenes, con un renovado entusiasmo hemos de salir en búsqueda de la juventud para hacer llegar a todo joven el anuncio de Jesucristo. ¡Jóvenes, evangelicen a los jóvenes! ¡Jóvenes salgan al encuentro de las nuevas generaciones y al igual que los apóstoles y los santos, sean constructores de un mundo mejor! ¡Jóvenes, hagan ruido con la alegría del corazón joven que se ha dejado cautivar por Cristo! ¡Jóvenes, déjense llevar por el Espíritu Santo que, como en pentecostés, se derrama en el corazón de todo creyente! ¡Jóvenes, tengan como amigo cercano y fiel a Jesús Eucaristía, amigo que nunca falla y siempre está con todos!
Todos: Amén
 
Rezo del Padre Nuestro, las diez Ave Marías y el Gloria.
 
JACULATORIA: Santa María de Guadalupe, mujer eucarística, pon mi corazón en el tuyo,
TODOS: para que desde ahí adore a Jesús Eucaristía.
 

 
 
CUARTO MISTERIO
ADOLESCENTES, HOMBRE Y MUJER:  “LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA”
 
OFRECIMIENTO: Ofrezcamos este misterio por los adolescentes que en esta etapa de nuestra vida enfrentamos el reto de ir asumiendo los rasgos de nuestra personalidad, etapa llena de inseguridades e inconsistencias personales, ante las situaciones familiares y sociales que nos rodean, etapa en las que no por maldad, sino por falta de claridad, hay quienes pierden el rumbo o son fácilmente atrapados por la sociedad del consumo y del libertinaje, pero que también es la etapa en la que la mayoría de los adolescentes, hombres y mujeres, buscamos y queremos encontrar la verdad de la fe en Jesucristo, que le da consistencia y rumbo a nuestra vida.
 
REFLEXIÓN: En medio de las muchas periferias a las que tenemos que llevar el Evangelio, una primordial es la del mundo adolescente, que vive una etapa de análisis y crisis internos en cuánto valores y sentimientos personales, familiares y sociales; y que es también el reto de salir a explorar y afrontar el mundo más allá del ambiente familiar. En este periodo, muy rico en sus expresiones, en ocasiones aparecen fuertes signos de desadaptación que propician, que algunos adolescentes caigan en manos de la delincuencia, de la drogadicción, de la prostitución, de la pérdida del sentido de la vida y del suicidio. Pero, porque lo más auténtico que está en corazón de todo adolescente es el anhelo de verdad, de justicia y de encuentro con el verdadero amor, el mundo adolescente nos reta a todos, a poner el mejor de nuestros esfuerzos para que la luz de la fe en Jesucristo, ilumine el camino de quienes vivencialmente encarnan las nuevas generaciones, que han de disfrutar desde ahora el amor de Dios y con Él, fortalecida su vida, han de ayudar a que este mundo sea mejor. Que la Virgen María, que escuchó el llamado de Dios, desde el Cielo acompañe a todos los adolescentes y Jesús Eucaristía sea su guía y fortaleza.
Todos: Amén
 
Rezo, de rodillas, del Padre Nuestro, las diez Ave Marías y el Gloria.
 
JACULATORIA: Santa María de Guadalupe, mujer eucarística, pon mi corazón en el tuyo,
TODOS: para que desde ahí adore a Jesús Eucaristía.
 

 
QUINTO MISTERIO
NIÑO Y NIÑA  “LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA COMO REINA DEL CIELO”
 
OFRECIMIENTO: Ofrezcamos este misterio, por todos los niños y niñas del mundo y también, por los que estando en el vientre de su mamita, están llamados a nacer. Oremos para que sus papás los cuiden con amor y en su hogar, en su escuela y en el lugar donde viven encuentren personas que con su testimonio les hablen de Dios.
 
REFLEXIÓN: Gracias Padre amoroso, porque cada niño y niña, desde que es concebido es una expresión de tu amor y confianza en la humanidad y en especial para los que estamos cerca de ellos.
Ante la desintegración familiar y los atentados contra la vida humana naciente y la familia, las nuevas generaciones de matrimonios han de vivir a contracorriente su fe y ante la mundanalidad que se expresa en la cultura de la muerte, han de asumir el reto de amar a sus hijos y orientarlos hacia Dios. Señor, que no sólo los papás que tienen hijos pequeños, sino que todos, como católicos comprometidos con el proceso misionero, pongamos el mejor de nuestros esfuerzos para que las nuevas generaciones conozcan el amor de Jesús, a través de comunidades parroquiales fuertes en su fe y en su testimonio de vida. Que la Virgen María, nuestra Reina del Cielo, nos aliente en nuestro caminar y Jesús Eucaristía sea el centro de nuestro actuar pastoral.
Todos: Amén
 
Rezo, de rodillas, del Padre Nuestro, las diez Ave Marías y el Gloria.
 
JACULATORIA: Santa María de Guadalupe, mujer eucarística, pon mi corazón en el tuyo,
TODOS: para que desde ahí adore a Jesús Eucaristía.
 
 
 
ORACIONES FINALES
 
QUIEN PRESIDE: Hacemos las siguientes oraciones por las intenciones del Sumo Pontífice, el Papa Francisco…  Padre Nuestro…
 
QUIEN PRESIDE: Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, porque llena eres de gracia….
 
QUIEN PRESIDE: Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, porque llena eres de gracia…
 
QUIEN PRESIDE: Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, porque llena eres...
 
QUIEN PRESIDE: Dios te salve María Santísima, templo, trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa original. ¡Dios te salve!, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.  ¡Dios te salve!  A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y en este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto bendito de tu vientre, ¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce siempre Virgen María!  Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
 


Señor ten piedad de nosotros.  (se repite)
Cristo ten piedad de nosotros. (se repite)
Señor ten piedad de nosotros. (se repite)
Cristo óyenos.   (se repite)
Cristo escúchanos.  (se repite)
Dios Padre celestial.  ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo.   ten piedad de nosotros,
Dios espíritu Santo. ten piedad de nosotros,
Trinidad Santa que eres un sólo Dios. ten piedad de nosotros,

Santa María,                                                                 (Ruega por nosotros)
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de los jóvenes
Madre de los adolescentes,
Madre de las nuevas generaciones,
Madre de la esperanza,
Madre de los desvalidos,
Madre de los indefensos,
Madre de los enfermos,
Madre de los drogadictos,
Madre de los alcohólicos,
Madre de los que no creen en Dios
Madre de los novios,
Madre de la fe
Madre de las misiones
Madre de los movimientos juveniles
Madre de la paz
Madre de los estudiantes
Madre de los universitarios
Madre de los profesionistas
Madre de los matrimonios jóvenes
Madre de las madres solteras
Madre de los jóvenes sin proyectos
Madre de los que no tienen metas
Madre de los que no tienen fe
Madre de los que no tienen esperanza
Madre de los que falta creer
Madre de los que rechazan a tu Hijo
Madre de los jóvenes comprometidos
Madre de los catequistas
Reina de los Ángeles,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero que quitas el pecado del mundo.   Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.    Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.   Ten piedad y misericordia de nosotros.
ten misericordia de nosotros.
 
 
  

QUIEN PRESIDE:
ORACIÓN CONCLUSIVA
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
 
QUIEN PRESIDE:
Oremos: Oh Dios, cuyo Hijo por medio de su vida, muerte y resurrección, nos otorgó los premios de la vida eterna, te rogamos que venerando humildemente los misterios del Rosario de la Santísima Virgen María, imitemos lo que contienen y consigamos lo que nos prometen. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
 
 
CANTO LEMA
Se puede oír en
http://www.goear.com/listen/a1ba465/corazon-misionero-manuel-vega
 
CON FE Y ESPERANZA
Letra y Música: Manuel Vega
Con fe y esperanza
y un corazón misionero,
nuevas generaciones
al encuentro del Señor. 
Llevamos alegría,
llevamos esperanza,
llevamos a María
en nuestro corazón.
Con fe y esperanza…          
Los laicos unidos,
con nuestros pastores
a Jesús Eucaristía
venimos a adorar.
Con fe y esperanza…
El proceso misionero
a todos nos invita
oración y eucaristía
y solidaridad.
Con fe y esperanza…