jueves, 26 de abril de 2012

¡Madre María Inés ha sido beatificada!


Catorce países reunidos para celebrar beatificación de Madre Ma. Inés

·         A casi 31 años de su fallecimiento, religiosa fue beatificada en su país natal.

La mañana del pasado 21 de abril, en la I. N. Basílica de Guadalupe, miles de fieles provenientes de Japón, Estados Unidos, Costa Rica, Indonesia, Sierra Leona, Italia, España, Irlanda, Nigeria, Corea, India, Rusia, Argentina y de diferentes estados de nuestro país, se reunieron para celebrar la beatificación de la Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, misionera mexicana fundadora de la Congregación de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal.

A las once de la mañana, tras un breve momento preparatorio, se dio inicio a la eucaristía, la cual fue presidida por el Cardenal Ángelo Amato, Prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, en la que concelebraron varios obispos de México y el extranjero, destacando los obispos de África, Japón, Indonesia y Estados Unidos.

La Hermana Silvia Burnes, Postuladora de la Causa de Beatificación de la Madre María Inés y Mons. Alfonso Cortés, Obispo de Cuernavaca, solicitaron al Cardenal Amato que inscribiera a la religiosa nacida en Ixtlán del Río en el número de beatos y luego de leer la vida de esta mujer misionera que en el 2009 fue nombrada venerable, a nombre del Papa Benedicto XVI, el Cardenal Ángelo Amato elevó a los altares a la Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, cuya memoria litúrgica será el 22 de junio.

Durante su homilía el Cardenal Ángelo Amato manifestó que “Es especialmente emocionante para mí celebrar la Eucaristía en este lugar bendito, donde, en el lejano 1531, la Santa Virgen de Guadalupe ha dejado sus huellas de paraíso”. Seguidamente recordó que “La misión especial de María ha sido la de conducir a los bautizados a Cristo Rey, haciendo florecer mártires y santos, que han sido testigos heroicos del Evangelio de la vida, de la verdad, de la justicia y de la paz. La Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento es uno de estos testigos heroicos” al haberse entregado completamente “al servicio del reino de Cristo”. “Fue la dulce Morenita la que transformó una monja de clausura en apóstola (sic.) y misionera del Evangelio. Fue el amor mariano guadalupano el que infundió en su corazón el ansia de llevar a toda la humanidad a Cristo Eucaristía y su Corazón misericordioso”.

Más tarde explicó que “la beatificación de hoy es otro don que el Santo Padre Benedicto XVI, hace a la Iglesia y a todo el pueblo mexicano”, la cual es también “un reconocimiento de la Iglesia a una mujer, que ha encarnado ejemplarmente las mejores cualidades humanas y espirituales de su pueblo, dignificándolo con la heroicidad de sus virtudes y difundiendo el perfume de la santidad, hecha de fe profunda, de esperanza firme, de caridad inmensa”.

Por último, destacó que la nueva beata fue “una misionera infatigable” que durante su vida recorrió el mundo en sus 44 viajes, en los que realizó más de 90 visitas a varios países, para acompañar a sus hijas espirituales que “marchaban a tierras lejanas y desconocidas. Con una fuerza extraordinaria ella misma hacía fatigosos viajes en tren, barco y avión para poder socorrer a las propias hermanas misioneras”.



sábado, 21 de abril de 2012

Homilía de la beatificación de Madre Ma. Inés Teresa del Santísimo Sacramento


Beatificación de la Madre María Inés Teresa del Ssmo. Sacramento

Homilía[1]

Angelo Card. Amato, SDB

Eminencia, Señor Nuncio, Excelencias, Autoridades religiosas, civiles y militares,
queridas Hermanas Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento,
queridos fieles,


1. Es especialmente emocionante para mí celebrar la Eucaristía en este lugar bendito, donde, en el lejano 1531, la Santa Virgen de Guadalupe ha dejado sus huellas de paraíso, hablando a Juan Diego y haciendo florecer milagrosamente las rosas de invierno. La aparición de María en la sacra colina del Tepeyac fue para México y para la América Latina un signo prodigioso de protección maternal. Y desde aquel momento Nuestra Señora de Guadalupe no ha cesado de conceder a sus hijos gracias y favores para consolarles y animarles en el camino fatigoso de la vida.
La misión especial de María ha sido la de conducir a los bautizados a Cristo Rey, haciendo florecer mártires y santos, que han sido testigos heroicos del Evangelio de la vida, de la verdad, de la justicia y de la paz. La Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento es uno de estos testigos heroicos, que ha puesto todas sus energías de la naturaleza y de la gracia al servicio del reino de Cristo, según el lema: «Es urgente que Cristo reine».
La gran imagen de la beatificación muestra con gran sensibilidad artística a Nuestra Señora de Guadalupe que, sonriendo, llena de rosas las manos de la Madre María Inés, significando las muchas gracias espirituales concedidas a ella para la santificación propia y para la valiente empresa de la fundación de dos congregaciones religiosas misioneras. De hecho, fue la dulce Morenita la que transformó una monja de clausura en apóstola y misionera del Evangelio. Fue el amor mariano guadalupano el que infundió en su corazón el ansia de llevar a toda la humanidad a Cristo Eucaristía y su Corazón misericordioso.

2. La beatificación de hoy es otro don que el Santo Padre Benedicto XVI, (dieciséis), hace a la Iglesia y a todo el pueblo mexicano. Hace un mes el Papa llegó a esta noble tierra y se sintió feliz de estar entre ustedes. Con esta visita deseaba estrechar la mano a todos los mexicanos, de dentro y de fuera de vuestra tierra, para apoyarles y agradecerles su fidelidad a la fe católica y su amor a Cristo Rey y a la Iglesia.
El Papa ama vuestra noble patria. A ella ha venido como peregrino para alentarles a ser firmes en la esperanza. Los mexicanos son un pueblo fuerte, un «pueblo que tiene valores y principios, que cree en la familia, en la libertad, en la justicia, en la democracia y en el amor a los demás».[2] Ustedes son un pueblo joven, acogedor, creativo, religioso, con una gran historia de civilización. Ustedes merecen superar todas las dificultades para vivir serenamente en la solidaridad y en la concordia. La visita del Santo Padre ha sido una inyección de ánimo para un futuro de paz, de concordia y de bienestar.
Parecen dirigidas a vuestra Iglesia y a vuestra nación las palabras con las cuales, en la liturgia de la palabra de hoy, el profeta Isaías glorifica a Jerusalén: «Levántate, llénate de luz, porque viene tu luz, la gloria del Señor» (Is 60, 1-2).
            La fe en Dios, la esperanza en su providencia eficaz, la caridad ardiente son los rayos de aquel sol deslumbrante que es el amor inmenso de Dios, que orienta las mentes y calienta los corazones para cumplir el bien y no el mal, para caminar por la vía de la concordia y no de la división.

            3. La beatificación de la madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento es también un reconocimiento de la Iglesia a una mujer, que ha encarnado ejemplarmente las mejores cualidades humanas y espirituales de su pueblo, dignificándolo con la heroicidad de sus virtudes y difundiendo el perfume de la santidad, hecha de fe profunda, de esperanza firme, de caridad inmensa.

            ¿Quién era la Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (1904 – 1981)? Manuela de Jesús Arias Espinosa, que después en la vida religiosa tomó el nombre de María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, fue una joven valiente. Para poder realizar su sueño de vida consagrada, debió alejarse de México y emigrar a los Estados Unidos. En aquella época, de hecho, se tenía el temor continuo de la persecución contra la Iglesia. En el país las religiosas vivían en condiciones precarias y no aceptaban aspirantes a la vida consagrada. Así, en 1929, Manuelita fue a Los Ángeles, California, y entró en las Clarisas Sacramentarias del monasterio del Ave María, como monja de clausura.
            Se distinguió enseguida por su carácter abierto, sencillo y sereno. Era generosa en el trabajo, ferviente en la oración, humilde, sacrificada y siempre dispuesta a la ayuda. A propósito de su humildad, los testigos del proceso cuentan un episodio, que sucedió cuando las Clarisas habían regresado a México. Sor María Inés, como sacristana, había adornado el altar de un modo que no gustó a la abadesa, la cual le castigó severamente, obligándole a comer tres días en el suelo. La Beata aceptó la corrección con serenidad y después abrazó a la abadesa y le pidió perdón.[3] Esta actitud de humildad y de resignación le acompañó en toda su vida. En todo caso la abadesa reconoció la actitud edificante de su joven hermana, vislumbrando en ella madera de santa.
            Más tarde, el carácter abierto y dinámico, propio de la vida activa, impulsó a nuestra Beata a desear un apostolado, que pudiera desempeñarse también fuera del monasterio, en una auténtica misión evangelizadora, para difundir el mensaje de Cristo en tierras lejanas. Este sueño se realizó en 1945 en Cuernavaca, con seis religiosas provenientes del Ave María. Estas Misioneras clarisas del Smo. Sacramento unían la vida contemplativa con la activa, bajo la protección de la Santísima Virgen de Guadalupe. La nueva congregación floreció rápidamente con nuevas vocaciones y fundaciones, no sólo en varias ciudades de México, sino también en Japón, California, Texas, Costa Rica, Sierra Leona, Indonesia, además de en España, Irlanda, Corea, Nigeria, Italia. Con un celo grandísimo la Madre María Inés, como madre general, dirigía sus obras y sus hijas primero desde México y después desde Roma, donde murió en olor de santidad en 1981 (mil novecientos ochenta y uno).

4. El carisma vivido por Madre Inés y transmitido a sus discípulas es el ansia misionera, realizada con la catequesis, con el testimonio y sobre todo con una auténtica missio ad gentes. La Madre Inés fue una misionera infatigable. En su vida emprendió 44 (cuarentay cuatro) viajes, 19 (diecinueve) intercontinentales y 25 (veinticinco) internacionales, que comprendían 92 (noventaydos) visitas a varios países. Acompañaba personalmente a las hermanas que marchaban a tierras lejanas y desconocidas. Con una fuerza extraordinaria ella misma hacía fatigosos viajes en tren, barco y avión para poder socorrer a las propias hermanas misioneras.
De esta vocación nacieron, además de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal. A estas dos congregaciones se une el movimiento Van-Clar, formado por laicos que tienen como fin vivir el santo Evangelio mediante la práctica de las promesas bautismales en el propio ambiente familiar, profesional, social y eclesial según el lema: «Vivir por Cristo».
Nadie duda de la gran actualidad de este carisma misionero. Hoy, en América Latina y en toda la Iglesia, es urgente la evangelización, no solo como primer anuncio a los que no conocen el Evangelio, sino también como nueva propuesta de la palabra de Dios a los que la han olvidado y descuidado y que llevan una existencia lejana de la verdad de la palabra de Jesús y de los sacramentos salvíficos de la Iglesia.
En la liturgia de la palabra de hoy San Pablo afirma: «Si proclamas con tus labios que “Jesús es el Señor”, y crees en tu corazón que Dios lo ha resucitado de entre los muertos, te salvarás» (Rm 10, 10). Pero después el apóstol se pregunta: «¿Cómo creerán en uno del que no han oído hablar? ¿Cómo oirán hablar sin nadie que lo anuncie? ¿Y cómo lo anunciarán si no han sido enviados? Como está escrito: ¡Qué bellos son los pies de los que llevan el alegre anuncio del bien!» (Rm 10, 14-15).
La Iglesia necesita misioneros y el deseo de nuestra Beata fue precisamente la de dar a la Iglesia misioneros del Evangelio. Todo en perfecta sintonía con la conclusión de los Obispos latinoamericanos reunidos en la quinta Conferencia del CELAM en Aparecida, en Brasil (2007). Para los pastores de vuestro continente, los signos de los tiempos piden la promoción de una evangelización, que sea un retorno a Cristo, centro del Cristianismo. La Iglesia latinoamericana ha decidido ser iglesia misionera, animando a los fieles a vivir como auténticos «Discípulos y Misioneros de Cristo Jesús para que nuestros pueblos tengan vida en Él». Este nuevo impulso a la misión y a la evangelización, implica para todos, pastores y fieles, el compromiso de crecer en la fe para ser luz del mundo y sal de la tierra. A este respecto el Santo Padre Benedicto XVI (dieciséis) ha escrito: «He leído con especial interés las palabras que exhortan a dar prioridad a la Eucaristía y a la santificación del día del Señor [...], como también las que expresan el deseo de potenciar la formación de los fieles».[4]
Ante una agresiva cultura anticristiana y un vacío relativismo religioso, la Iglesia latinoamericana reafirma la novedad del Evangelio, que está bien enraizado en la historia de su pueblo. Más que en las estructuras, los obispos insisten en las personas, en el testimonio de «hombres y mujeres nuevos, que encarnen la tradición religiosa católica y la novedad del Evangelio, como discípulos y misioneros de su reino, protagonistas de vida nueva para América Latina».[5]
Los obispos exhortan a mirar el rostro de Cristo, para que, iluminados por la luz del Resucitado, los bautizados puedan contemplar el mundo y la historia de sus pueblos con ojos pascuales, reflejando el gozo de ser discípulos de Cristo Rey, camino, verdad y vida (Jn 16, 4). De hecho, es el Evangelio la buena noticia de la dignidad de cada persona humana, de la preciosidad de la vida, del bien incalculable de la familia, del respeto de la naturaleza, de la distribución justa de los bienes. Es hora, por tanto, de volver a la escuela de Cristo, para aprender de él la lección de una vida buena y feliz, también en esta tierra.
5. Y es un gran don de la divina Providencia la celebración de hoy, que presenta la glorificación de una Consagrada latinoamericana, que ha encarnado este proyecto misionero de los Obispos, mediante su vocación a la santidad y a la misión.
La nueva Beata nos invita a todos, y en primer lugar a sus Hijas espirituales, a volver a encender la llama de la misión, de la missio ad gentes, de la llamada a la conversión y al bautismo, que purifica el ser humano del pecado revistiéndolo de la gracia divina. Las Misioneras Clarisas del Smo. Sacramento deben ser las primeras en esta renovada obra de apostolado.
Pero esta expansión misionera debe brotar de un corazón imbuido del amor de Jesús, que nos dice: «Permaneced en mi amor. [...]  Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo les he amado [...]. Esto les mando: que se amen los unos a los otros» (Jn 15, 9-17). La misión es expresión de amor a Cristo y a la Iglesia.
La Madre María Inés fue una mujer enteramente concentrada en el amor misericordioso de Cristo eucarístico y en la obediencia a la Iglesia y a sus pastores. El magisterio de la Iglesia era la brújula que guiaba sus proyectos misioneros, bajo la protección de Nuestra Señora de Guadalupe, estrella de la evangelización.
El heroismo de su fe si manifestaba en una esperanza que era confianza plena en la presencia providente de Dios. Su mirada se dirigía al cielo y su corazón estaba anclado en el corazón sacratísimo de Jesús, de quien provenía su energía y entusiasmo apostólico.
Su vida extraordinariamente virtuosa estuvo adornada por una sonrisa perenne. En sus apuntes encontramos este propósito: «Una sonrisa cuando se quiera manifestar molestia; sonreir siempre, incluso cuando esta sonrisa nos duela más. No me cuesta mucho esto, pues desde el inicio de mi vida espiritual, he trabajado mucho para conseguir este equilibrio de carácter».[6]
La beatificación de hoy es la fiesta de la santidad, pero también la fiesta de la alegría, porque los santos son la sonrisa de Dios en nuestra tierra.


[1] Homilía pronunciada el 21 de abril de 2012 en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en Ciudad de México.
[2] Son palabras de saludo dirigidas al Papa, el 23 de marzo de 2012, por el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa.
[3] Informatio, p. 42.
[4] Doc. Apar., n. 251-252.
[5] Ib. n. 11.
[6] Informatio, p. 180.

viernes, 20 de abril de 2012

Vigilia de oración y Misa


Comprométete a ser santo y acompáñanos del 20 al 22 de abril, en las actividades que se realizarán con motivo de la beatificación de Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento.

No te pierdas las actividades de la beatificación de Madre Ma. Inés


Beatificación de Madre María Inés Teresa Arias del Santísimo Sacramento

SIGUE LA TRANSMISIÓN POR INTERNET DE TODOS LOS EVENTOS EN:



La Misa de Beatificación de Madre María Inés también podrás seguirla por el canal de televisión católico:

“EL SEMBRADOR”, CANAL 441 DE CABLEVISIÓN
O en 

PROGRAMA

Viernes 20 de abril. SOLEMNE VIGILIA DE ORACIÓN
Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe.

16:00 hrs. “Llamada al Amor”. Representación de la vida de Madre María Inés. Dirigida por la Profa. María Luisa González Silva, Maestra de Artes del Colegio Isabel la Católica a cargo de las Misioneras Clarisas en Monterrey. En esta obra participan Hermanas de la comunidad de Monterrey, niños, jóvenes y adultos del grupo Van-Clar y del Colegio Isabel la Católica.

17:00 hrs. Vísperas Solemnes con el Santísimo Expuesto. Preside: Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz, Capellán del Templo Expiatorio a Cristo Rey.

18:00 hrs. Oración cantada en diversas lenguas. Participa Familia Inesiana: Misioneras Clarisas, Vanclaristas y laicos de diversas regiones del mundo.

Sábado 21 de abril. MISA DE BEATIFICACIÓN DE MADRE MARÍA INÉS TERESA ARIAS, I.N. Basílica de Guadalupe

10:30 hrs. “Pinceladas de la vida de Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento”. Lectura de textos selectos de Me. Ma. Inés y oración cantada. Participan: Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal.

11:00 hrs.  Misa de Beatificación de Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento. Preside: Emmo. Señor Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.


Domingo 22 de abril. SOLEMNE MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LA BEATIFICACIÓN DE MADRE MARÍA INÉS TERESA ARIAS, Catedral de Cuernavaca, Morelos.

12:00 hrs. Solemne Misa de Acción de Gracias por la Beatificación de Madre María Inés. Preside S.E.R. Alfonso Cortés Contreras.



“Que todos te conozca y te amen, es la única recompensa que quiero".

jueves, 19 de abril de 2012

Cardenal recuerda que Cristo murió y resucitó como obra de la divina Misericordia de Dios



Al mediodía del pasado domingo 15 de abril, el Cardenal Norberto Rivera Carrera celebró la solemnidad de la Divina Misericordia. En su homilía recordó el pasaje del Evangelio de San Juan en el que se presenta Jesús frente a sus discípulos “en su nueva condición de resucitado”.
Más adelante destacó que Jesús es el Salvador y que fuera de Él no hay salvación, por ello el beato Juan Pablo II decretó la solemnidad de la Divina Misericordia, exaltando así el amor misericordioso de Dios, que redime a los pecadores a través de su muerte y resurrección.

Su Santidad Juan Pablo II quiso acentuar esta misma verdad al decretar que este segundo domingo de pascua se celebrara como “Domingo de la Divina Misericordia", exaltando así la divina misericordia en este tiempo pascual. El mensaje de Jesús resucitado, es el mismo que dio a sus primeros discípulos, que se refugiaron al anochecer, con las puertas cerradas por miedo: "La paz esté con ustedes". Es el mismo saludo que el obispo repite continuamente a los que se reúnen en torno a Jesús, como para que el mensaje penetre en lo más profundo de la comunidad y se alegre con la paz de Cristo que está basada en la presencia y en la victoria de Jesús, está basada en su amor misericordioso que nos redimió con su muerte y su resurrección”.

En su reflexión, el Arzobispo Primado de México exhortó a los fieles católicos a experimentar la paz de reconocerse pecadores y acudir al sacramento de la reconciliación para escuchar que hemos sido absueltos de nuestros pecados.

La misericordia en sí misma, en cuanto perfección de Dios es infinita, es también infinita la profundidad y la fuerza del perdón que brotan continuamente del admirable sacrificio de su Hijo y de su gloriosa resurrección. No hay pecado humano que prevalezca por encima de esta fuerza y ni siquiera que la limite. Precisamente porque existe el pecado en el mundo, al que "Dios amó tanto... que le dio a su Hijo Unigénito", Dios que "es amor" no puede revelarse de otro modo si no es como un amor misericordioso. La misericordia significa una potencia especial del amor, que prevalece sobre el pecado y la infidelidad del Pueblo elegido.

Por último, el Prelado reconoció que la Iglesia y el mundo necesitan practicar la misericordia, porque el perdón es la expresión original del amor cristiano sin la cual “aún las exigencias más fuertes de la justicia humana corren el riesgo de ser injustas e inhumanas”. Luego aclaró que “En ningún caso del mensaje evangélico el perdón, y ni siquiera la misericordia como su fuente, significan indulgencia para con el mal, para con el escándalo, la injuria, el ultraje cometido”.

Es menester que la Iglesia de nuestro tiempo adquiera conciencia más honda y más concreta de la necesidad de dar testimonio de esa Divina Misericordia en todo su quehacer, siguiendo la tradición del mismo Jesucristo y de sus Apóstoles. Jesucristo nos ha enseñado que el hombre no sólo recibe y experimenta la misericordia de Dios, sino que está llamado a "usar misericordia" con los demás: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia", "Sean misericordiosos como su Padre Celestial es misericordioso". La misericordia se hace elemento indispensable para plasmar las relaciones mutuas entre los hombres, en el espíritu del más profundo respeto de lo que es humano y de la recíproca fraternidad.

miércoles, 18 de abril de 2012

Testimonios de alegría por intercesión de religiosa


MADRE MARÍA INÉS TERESA, INTERCESORA DE LA ALEGRÍA

Mons. Pedro Agustín

Para algunos matrimonios, el no poder engendrar hijos es una de sus penas mayores. En lo personal quiero compartir que desde hace años, al escuchar a diversas personas sobre sus problemas, conflictos o necesidades, les sugiero que invoquen la intercesión de la Madre María Inés Teresa y por lo menos en tres casos, puedo dar fe, que matrimonios que llevaban años de casados y no se habían embarazado, Dios les ha concedido el don de la paternidad, habiendo orado yo por ellos, invocando la intercesión de esta religiosa, misionera mexicana sin fronteras. Dos de esos niños, ya tienen más de cinco años y el otro está por venir en un hogar, en donde será recibido con mucho amor, después de 11 años de estar esperándolo.

La tristeza se anida en algunos corazones, especialmente cuando hay malos entendidos entre los esposos. Una amiga me comentó que estando sentada en su casa, frente a una mesa en la que tenía una foto de la Madre María Inés Teresa, teniendo los ojos cerrados, platica con Dios sus cuitas, mientras algunas lágrimas se le salían. Esta persona me comentó que al abrir los ojos, lo primero que vio fue la imagen de la religiosa y le pareció que le sonreía y le decía que no se preocupara, que el conflicto iba a pasar. Mi amiga me dijo: Padre, mi actitud, mis sentimientos y mi rostro cambiaron. Si alguien me hubiera visto en ese momento, podría pensar que me había vuelto loca, pero la verdad es que la dulce sonrisa de la Madre, que me pareció se dirigía a mí, hizo que se me olvidaran mis penas y me puse a reír. Entró paz en mi corazón y poco tiempo después, los nubarrones que pensaba estaban en mi vida, desaparecieron. Le doy gracias a Dios, me dijo, porque ahora soy muy devota de la Madre María Inés Teresa.

martes, 17 de abril de 2012

Testimonio de Postuladora

La Hna. Silvia Burnes es la Postuladora de la Causa de Beatificación de la Madre María 
Inés Teresa del Santísimo Sacramento. Ella nos comparte su sentir respecto a la beatificación de su Fundadora y a la tarea que ha realizado en este proceso.


viernes, 13 de abril de 2012

Mons. Pedro comparte su sentir de sacerdote como hijo espiritual de beata


SACERDOTE, HIJO ESPIRITUAL DE MADRE MARÍA INÉS TERESA

Mons. Pedro Agustín Rivera

Soy Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz, capellán del Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe y fundador de Familia Eucarística.

Conocí a la beata Madre María Inés Teresa en 1980, en un encuentro de fin de semana, con jóvenes inquietos por la vida sacerdotal. Aunque los momentos que estuvimos con ella fueron breves, fueron muy significativos. En esa ocasión, en presencia de esta singular misionera mexicana sin fronteras, hice votos privados de castidad, pobreza y obediencia con miras de ingresar algún día a la comunidad sacerdotal que ella había pensado fundar y que en esos momentos ya contaba con un seminarista: Juan José Hernández. Meses después, el 22 de julio de 1981, ella entró a la Casa Eterna del Padre.

Mi primer contacto con esta beata, contemplativa en la acción y activa en la contemplación, fue en 1976, a través de una integrante de las “Vanguardias Clarisas” (Van-Clar), Martha Westrup, quien me invitó a participar en este grupo juvenil de laicos, que en el Colegio Scifici, de la ciudad de México, era orientado por la hermana María de la Luz Roa, “Misionera Clarisa”. Así cuando la obra fundada por Madre María Inés Teresa cumplía 25 años de existir, yo me iba insertando en ella y me iba empapando de su espiritualidad, por el testimonio de que quienes la seguían. Tres años después, desde 1979, guiado por otra Misionera Clarisa, la Hermana Guadalupe Dolores, fui profundizando en el carisma fundacional y preparándome para ingresar en 1982 al Seminario de Monterrey, como “Seminarista Vanclarista”, obra en la que estuve hasta 1985 y que fue base para la fundación de los “Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal”, rama masculina del carisma de Madre María Inés Teresa.

Ordenado Sacerdote Diocesano en 1990, para la Arquidiócesis de México, desde 1996, con un grupo internacional de amigos sacerdotes, nos empezamos a reunir con Mons. Juan Esquerda Bifet, durante una semana, una vez al año, para enriquecer nuestra vivencia sacerdotal, diocesana o religiosa, según el caso, con el estudio de documentos de la Iglesia, de la espiritualidad sacerdotal de los santos y el carisma fundacional de la beata Madre María Inés Teresa. Autodenominados “Grupo Sacerdotal Madre Inés”, en esta asociación, sin formulaciones jurídicas, encontramos elementos de fraternidad espiritual que nos ayudan a vivir mejor nuestra entrega al ministerio y vida sacerdotal, en dependencia de nuestro propio Obispo o Superior.

Imbuido de la espiritualidad misionera de Madre María Inés Teresa y en consonancia con las enseñanzas de Juan Pablo II, del Papa Benedicto XVI y las orientaciones de la Iglesia, en el 2006, doy inicio a “Familia Eucarística”, que es una asociación espiritual de fieles católicos que promueve la Adoración a Jesús Eucaristía para extender su reinado de amor y propiciar la santidad como meta de vida. Esta asociación, el 19 de diciembre del 2010, fue aceptada como miembro de la “Familia Inesiana” porque nos une el mismo carisma fundacional de la beata y que es: misionero, eucarístico, mariano, sacerdotal y alegre.

Como vanclarista, asumí el lema de este grupo laical: “Vivir para Cristo” y como seminarista y sacerdote, el lema que conservo, promuevo y procuro hacer vida, que es: “Jesús, que todos te conozcan y te amen, es la única recompensa que quiero”. Ambos, expresiones de la beata Madre María Inés Teresa, las he hecho propias y las he difundido en los diversos ambientes en los que realizo y he realizado mi ministerio sacerdotal.

Por la relación que he tenido con las Misioneras Clarisas, con Van-Clar, con los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal, con el Grupo Sacerdotal Madre Inés, con las Misioneras Inesianas Consagradas y con Familia Eucarística, instituciones que en su conjunto se identifican como Familia Inesiana, realmente me considero hijo espiritual de Madre María Inés Teresa, gran mujer, enamorada de Dios, quién nos ha guiado para hablar de “corazón a Corazón” con Él.

Recorro mi vida y realmente yo no me podría entender sin Dios, Quien me ha creado; sin Jesucristo, Quien me ha redimido; sin el Espíritu Santo, Quien me ha guiado; sin la Virgen María, Quien me ha protegido; sin mis padres que me dieron la vida; sin la Iglesia que me ha formado; sin la beata Madre María Inés Teresa, de quién me considero hijo espiritual; sin la Familia Inesiana de la que formo parte; sin la Familia Eucarística, expresión de lo que llevo dentro; sin el ministerio sacerdotal, a través del cual hago presente a Dios en el mundo; sin mi prójimo a quien procuro servir en el nombre de Dios y de quien recibo también tantas muestras de amor y bendiciones de parte de Él. Mi vivir es Cristo y la única recompensa que quiero, es que todos Lo conozcan y Lo amen.

jueves, 12 de abril de 2012

Participa en una causa pro-vida


                               INVITACIÓN
                                 
VISITA MONS. PHILIP REILLY
BASILICA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
México, D.F., 16 de abril de 2012
P R O G R A M A

9:45     Cita en Templo Expiatorio a Cristo Rey: Antigua Basílica
10:00   Santa Misa, oficiará Mons. J. Reilly
11:00    Bienvenida de VIFAC
               Marilú Mariscal de Vilchis
11:15    Presentación “Derechos del Concebido,A.C.
               Mons. Pedro Agustín Rivera
11:30    Conferencia Mons. Philip J. Reilly
12:30    Traslado al Templo del Cerrito
12:45    Rosario por la Vida en Templo del Cerrito
                Mons. Salvador Diez de Sollano                       

Monseñor Philip J. Reilly
Breve Semblanza
 
Monseñor Philip J. Reilly es sacerdote de la Arquidiócesis de Brooklyn, actualmente es el capellán del Monasterio de la Cofradía de las Hermanas Adoradoras de la Preciosa Sangre de Cristo ubicado en Brooklyn, cargo que ha llevado a cabo por más de 20 años.
 Tiene 52 años como sacerdote  y se ha destacado por ser un incansable defensor de la vida desde el momento de su concepción hasta la muerte natural. Ha participado activamente por  más de 40 años en diferentes movimientos provida, hasta fundar el grupo provida Helpers of God´s Precious Infants (Ayudantes de los Niños Preciosos de Dios).
El modus operandi  de este grupo  provida se basa principalmente en la oración y la Eucaristía mediante la organización de vigilias de oración fuera de las clínicas de aborto, iniciando siempre con la Celebración Eucarística  en alguna iglesia cercana a un abortorio para después partir en procesión hacia la clínica. En su espiritualidad  ir en oración a una clínica de aborto, significa ir al Calvario, al Gólgota, para acompañar a los niños no nacidos en su muerte, de la misma manera en que María, Martha, María Magdalena y Juan estuvieron en oración acompañando a Jesús Crucificado. 


miércoles, 11 de abril de 2012

Video biográfico de Madre Ma. Inés Teresa del Santísimo Sacramento

El próximo 21 de abril en la I. N. Basílica de Guadalupe, una "Misionera Mexicana sin Fronteras" será beatificada, pues dentro de 10 días la Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento será elevada a los altares por su testimonio de amor a Dios y servicio a la Iglesia.

En este video biográfico queremos compartir contigo cómo surgió en ella el anhelo de santidad y el deseo de trabajar para que Cristo reine en el corazón de los hombres y en un mundo tan necesitado de Él.

Te pedimos lo compartas con tus familiares y amigos, además de que te invitamos a conocer la espiritualidad de ésta religiosa que ha sido y será, un ejemplo para muchos.


martes, 10 de abril de 2012

Alegres por la próxima beatificación de la Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (el 21 de abril en la Basílica de Guadalupe, a las 11:00 hrs.) queremos compartir contigo dos testimonios más, ellos son laicos que viven la espiritualidad de la Misionera Mexicana sin Fronteras, quien fundó a la Familia Inesiana. Mons. Pedro Agustín, inspirado por la espiritualidad de la Madre María Inés, fundó también Familia Eucarística, una Asociación religiosa que se incorporó a la Familia Inesiana el 19 de diciembre del 2010.


Testimonio María de la Luz Chávez
Miembro de Familia Eucarística
Coordinadora de los Sagrados Corazones


Testimonio Juan Ignacio De la Millar
Miembro de Familia Inesiana, Vanclar

31 Tareas para el católico


31 TAREAS QUE NOS HA DEJADO EL PAPA BENEDICTO XVI
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

A continuación les presento una recopilación de 31 tareas, que en mi opinión, el Papa Benedicto XVI nos ha dejado en sus diversas intervenciones con motivo de su visita a México del 23 al 26 de marzo, y aunque, una de ellas fue dirigida a los niños y otra a los Obispos de México y de América Latina, nos ayudan a reflexionar para cumplir el reto de ser mejores cristianos, participando, como discípulos y misioneros, de la Nueva Evangelización.

El Papa Benedicto XVI nos ha exhortado a:

1.- Que nos esforcemos para que México sea un hogar en el que todos sus hijos vivan con serenidad y armonía. (MENSAJE A LOS NIÑOS. Plaza de la Paz, Guanajuato. 24-mar-2012).

2.- Que contribuyamos al bien común, exigencia de la promoción humana y expresión altísima de la caridad (DISCURSO DE DESPEDIDA. Aeropuerto Guanajuato. 26-mar-2012).

3.- Que participemos en un esfuerzo solidario, que permita a la sociedad renovarse desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en paz para todos. (DISCURSO DE DESPEDIDA. Aeropuerto Guanajuato. 26-mar-2012).

4.- Que seamos buenos ciudadanos, conscientes de la responsabilidad de preocuparse por el bien de los demás, de todos, tanto en la esfera personal como en los diversos sectores de la sociedad. (DISCURSO DE DESPEDIDA. Aeropuerto Guanajuato. 26-mar-2012).

5.- Que continuemos avanzando sin desfallecer en la construcción de una sociedad cimentada en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia (CEREMONIA DE BIENVENIDA. Discurso. 23-mar-2012).

6.- Que evitemos la inútil venganza y desterremos el odio que divide (ÁNGELUS. Parque Expo Bicentenario de León. 25-mar-2012).

7.- Que fomentemos la fraternidad (ÁNGELUS. Parque Expo Bicentenario de León. 25-mar-2012).

8.- Que respetemos, defendamos y promocionemos la vida humana. (ÁNGELUS. Parque Expo Bicentenario de León. 25-mar-2012).

9.- Que no cedamos a la mentalidad utilitarista, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos. (DISCURSO DE DESPEDIDA. Aeropuerto Guanajuato. 26-mar-2012).

10.- Que protejamos y cuidemos a los niños, para que nunca se apague su sonrisa, puedan vivir en paz y mirar al futuro con confianza. (MENSAJE A LOS NIÑOS. Plaza de la Paz, Guanajuato. 24-mar-2012).

11.- Que estén a favor de los niños: su familia, la Iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en la sociedad, trabajando unidos para que los niños puedan recibir como herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones. (MENSAJE A LOS NIÑOS. Plaza de la Paz, Guanajuato. 24-mar-2012).

12.- Que no nos dejemos amedrentar por las fuerzas del mal. (DISCURSO DE DESPEDIDA. Aeropuerto Guanajuato. 26-mar-2012).

13.- Que seamos valientes y trabajemos para que la savia de nuestras raíces cristianas hagan florecer nuestro presente y futuro. (DISCURSO DE DESPEDIDA. Aeropuerto Guanajuato. 26-mar-2012).

14.- Que el pueblo mexicano no deje de ser fiel a sí mismo. (DISCURSO DE DESPEDIDA. Aeropuerto Guanajuato. 26-mar-2012).

15.- Que como mexicanos hagamos honor a la fe recibida y a nuestras mejores tradiciones; (CEREMONIA DE BIENVENIDA. Discurso. 23-mar-2012).

16.- Que superemos en muchos católicos, una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública; entre la vida privada y la pública. (VUELO A MÉXICO. Conferencia de prensa. 23-mar-2012).

17.- Que sepamos resistir a la tentación de una fe superficial y rutinaria, a veces fragmentaria e incoherente. (HOMILÍA. Parque Expo-Bicentenario de León. 25-mar-2012).

18.- Que superemos el cansancio de la fe y recuperemos la alegría de ser cristianos, de estar sostenidos por la felicidad interior de conocer a Cristo y de pertenecer a su Iglesia. (HOMILÍA. Parque Expo-Bicentenario de León. 25-mar-2012).

19.- Que sirvamos a Cristo en las situaciones agobiantes de sufrimiento humano, para ponernos a su disposición, sin replegarnos en el propio bienestar» (HOMILÍA. Parque Expo-Bicentenario de León. 25-mar-2012).

20.- Que nos dejemos interpelar cada día por la Palabra de Dios, para aprender de Él y darlo a conocer a los demás. (HOMILÍA. Parque Expo-Bicentenario de León. 25-mar-2012).

21.- Que anunciemos a Dios. (VUELO A MÉXICO. Conferencia de prensa. 23-mar-2012).

22.- Que desenmascaremos el mal (VUELO A MÉXICO. Conferencia de prensa. 23-mar-2012).

23.- Que hagamos presente la verdad y la bondad de Dios. (VUELO A MÉXICO. Conferencia de prensa. 23-mar-2012).

24.- Que no separemos la alabanza de Dios del servicio a los hombres. (VÍSPERAS. Basílica-Catedral de Nuestra Señora de la Luz, León. 25-mar-2012).

25.- Que Cristo reine en nuestros corazones haciéndolos puros, dóciles, esperanzados y valientes en la propia humildad. (HOMILÍA. Parque Expo-Bicentenario de León. 25-mar-2012).

26.- Que Jesús reine en nuestras vidas y nos ayude a promover audazmente la paz, la concordia, la justicia y la solidaridad. (HOMILÍA. Parque Expo-Bicentenario de León. 25-mar-2012).

27.- Que cada uno de nosotros se transforme en sembrador y mensajero de esa paz por la que Cristo entregó su vida. (MENSAJE A LOS NIÑOS. Plaza de la Paz, Guanajuato. 24-mar-2012).

28.- Que tengamos como a amigo a Jesús. (MENSAJE A LOS NIÑOS. Plaza de la Paz, Guanajuato. 24-mar-2012).

29.- Que participemos en la Misa del domingo, en la catequesis, en algún grupo de apostolado, buscando lugares de oración, fraternidad y caridad. (MENSAJE A LOS NIÑOS. Plaza de la Paz, Guanajuato. 24-mar-2012).

30.- Que fomentemos el estudio, la difusión y meditación de la Sagrada Escritura, que anuncia el amor de Dios y nuestra salvación. (VÍSPERAS. Basílica-Catedral de Nuestra Señora de la Luz, León. 25-mar-2012).

31.- Que recemos por todos, también por el Papa Benedicto XVI. (MENSAJE A LOS NIÑOS. Plaza de la Paz, Guanajuato. 24-mar-2012).
Que llevemos el cariño y la bendición del Papa a todos. (MENSAJE A LOS NIÑOS. Plaza de la Paz, Guanajuato. 24-mar-2012).

lunes, 9 de abril de 2012

La resurrección del Señor

Contigo en la fe (Tema 15): "La resurrección del Señor"
Mons. Pedro Agustín reflexiona en torno a la muerte de Jesús, su resurrección y la fiesta de la Pascua.

La espiritualidad de la Madre Ma. Inés en los sacerdotes


GRUPO SACERDOTAL MADRE INÉS.

Testimonio misionero y alegre de la presencia de Dios en medio de la humanidad.

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Este grupo está constituido por un grupo de amigos sacerdotes, que queremos ayudarnos a vivir nuestra espiritualidad sacerdotal específica, como diocesanos o religiosos, según el caso, de acuerdo a los documentos de la Iglesia e inspirándonos de modo especial en la vida y doctrina de la beata Madre María Inés Teresa Arias (1904-1981), sin olvidar otras figuras sacerdotales y espirituales de toda la historia eclesial.

Con una fuerte vivencia eucarística, sacerdotal, mariana, misionera y alegre, lo nuestro es esforzarnos en vivir mejor todos los matices de la espiritualidad y pastoralidad del sacerdote diocesano (o del sacerdote de vida consagrada), llevando a la práctica las directrices de la Iglesia: "Prebyterorum Ordinis", "Pastores dabo vobis", "Perfectae caritatis", "Vita consecrata", etc. Cada uno de los componentes del grupo sacerdotal es plenamente diocesano o plenamente religioso según los casos.

Procuramos hacer vida las líneas maestras del sacerdocio ministerial: caridad pastoral (para ser signos del Buen Pastor), santificación en relación con los ministerios, seguimiento evangélico con la práctica de las virtudes del Buen Pastor (obediencia, castidad, pobreza), en la familia sacerdotal del presbiterio, en dependencia pastoral y espiritual del propio Obispo, al servicio de la propia Iglesia particular y con disponibilidad misionera para la Iglesia universal.

Desde 1996 nos empezamos a reunir algunos amigos sacerdotes, diáconos y seminaristas y de manera más formal, desde el 2004, cada año nos reunimos con Mons. Juan Esquerda Bifet, durante una semana para fortalecer y alcanzar nuestro objetivo principal que es la santidad, procurando, como única recompensa que Jesús sea conocido y amado. En estas reuniones han participado obispos y sacerdotes de la república y del extranjero. En este año nos reuniremos del 16 al 23 de julio en Ixtlán del Río, donde nació la Madre María Inés Teresa. Informes con Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz al 5750 0014, 5750 2222. e-mail: padrepedro04@yahoo.com.mx

El reconocimiento de la vida de santidad de Madre María Inés Teresa, ciertamente es un fuerte impulso para que todos, y en particular quienes formamos parte de este grupo sacerdotal Madre Inés, nos dejemos llevar por la gracia de Dios, que nos invita a participar en la Nueva Evangelización convocada por el Papa Benedicto XVI, como discípulos, misioneros y testigos alegres de la presencia de Dios en medio de la humanidad.