QUÉ ES UNA BEATIFICACIÓN
Mons. Pedro Agustín Rivera
La beatificación es el paso previo a la canonización
de una persona reconocida como santo(a), por la Iglesia Católica. Cuando una
persona muere, como se dice, en olor de santidad, cinco años después de su
fallecimiento puede solicitarse, en la diócesis donde realizó su vida, que se
abra un proceso de canonización que consiste, en primer lugar reunir los
testimonios y documentos que avalen la solicitud. Reunida la documentación
necesaria y constatada su veracidad se cierra el “proceso diocesano” y se envía
al Vaticano, en donde en caso de ser aceptada la causa se inicia el “proceso
romano” y se designa como “Siervo(a) de Dios” a la persona que se investiga. En
la fase romana se pedirán las pruebas que demuestren que el postulado vivió de
manera heroica las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad y, si esto se
consigue, será denominado(a): “Venerable”. Previo a estos pasos, es común, que
se estén investigando, uno o varios, favores recibidos por intercesión de quien
se pretende sea llevado a los altares, por lo que cumpliendo con las
condiciones y teniendo las pruebas necesarias, alguno de estos favores puede
ser considerado un presunto milagro, el cual se presenta, para su estudio, en
el Vaticano, ante las comisiones de médicos, de teólogos y cardenales. Reunidas
las pruebas contundentes de un hecho así, cada comisión lo estudia y si lo
aprueban, las conclusiones se presentan al Sumo Pontífice, para que él las
certifique y autorice que el nombre de la persona sea inscrito en el libro de
beatos, por lo que se designará una fecha para que en medio de una Ceremonia
Litúrgica, se haga público tan gran acontecimiento y al beato(a) se le pueda
rendir culto local en la congregación, en la diócesis y en el país donde
desarrolló su vida cristiana.
Solo Dios hace milagros, los beatos y los santos son
los intercesores para obtenerlos, por lo que un milagro es considerado como el
aval de Dios, a los deseos de quienes ven en los altares a quienes en la vida
dieron testimonio de su amor a Dios, a la Iglesia y a sus hermanos.
Realizada la ceremonia de beatificación, se requiere
del reconocimiento de otro milagro para que el beato sea canonizado, es decir
sea reconocido como santo y su culto quede abierto a toda la Iglesia. El
proceso de canonización es más sencillo, pues ahora sólo se estudian los
presuntos milagros.
En el caso de Madre María Inés Teresa, su proceso
inició en 1992, su vivencia de las virtudes heroicas fue reconocida por el Papa
Benedicto XVI el 3 de abril del 2009 y el milagro el 27 de junio del 2011.
Beatificada el 21 de abril del 2012, será conmemorada cada 22 de junio y cuando
sea reconocido un milagro más, será canonizada.
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