martes, 3 de abril de 2012

Artículo de Mons. Pedro Agustín


QUÉ ES UNA BEATIFICACIÓN

Mons. Pedro Agustín Rivera

La beatificación es el paso previo a la canonización de una persona reconocida como santo(a), por la Iglesia Católica. Cuando una persona muere, como se dice, en olor de santidad, cinco años después de su fallecimiento puede solicitarse, en la diócesis donde realizó su vida, que se abra un proceso de canonización que consiste, en primer lugar reunir los testimonios y documentos que avalen la solicitud. Reunida la documentación necesaria y constatada su veracidad se cierra el “proceso diocesano” y se envía al Vaticano, en donde en caso de ser aceptada la causa se inicia el “proceso romano” y se designa como “Siervo(a) de Dios” a la persona que se investiga. En la fase romana se pedirán las pruebas que demuestren que el postulado vivió de manera heroica las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad y, si esto se consigue, será denominado(a): “Venerable”. Previo a estos pasos, es común, que se estén investigando, uno o varios, favores recibidos por intercesión de quien se pretende sea llevado a los altares, por lo que cumpliendo con las condiciones y teniendo las pruebas necesarias, alguno de estos favores puede ser considerado un presunto milagro, el cual se presenta, para su estudio, en el Vaticano, ante las comisiones de médicos, de teólogos y cardenales. Reunidas las pruebas contundentes de un hecho así, cada comisión lo estudia y si lo aprueban, las conclusiones se presentan al Sumo Pontífice, para que él las certifique y autorice que el nombre de la persona sea inscrito en el libro de beatos, por lo que se designará una fecha para que en medio de una Ceremonia Litúrgica, se haga público tan gran acontecimiento y al beato(a) se le pueda rendir culto local en la congregación, en la diócesis y en el país donde desarrolló su vida cristiana.

Solo Dios hace milagros, los beatos y los santos son los intercesores para obtenerlos, por lo que un milagro es considerado como el aval de Dios, a los deseos de quienes ven en los altares a quienes en la vida dieron testimonio de su amor a Dios, a la Iglesia y a sus hermanos.

Realizada la ceremonia de beatificación, se requiere del reconocimiento de otro milagro para que el beato sea canonizado, es decir sea reconocido como santo y su culto quede abierto a toda la Iglesia. El proceso de canonización es más sencillo, pues ahora sólo se estudian los presuntos milagros.

En el caso de Madre María Inés Teresa, su proceso inició en 1992, su vivencia de las virtudes heroicas fue reconocida por el Papa Benedicto XVI el 3 de abril del 2009 y el milagro el 27 de junio del 2011. Beatificada el 21 de abril del 2012, será conmemorada cada 22 de junio y cuando sea reconocido un milagro más, será canonizada.

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