viernes, 3 de diciembre de 2010

Papa Benedicto llama a los fieles a abrirse al amor de Dios

En la audiencia general del miércoles 1 de diciembre, el Papa Benedicto XVI habló sobre Santa Juliana de Norwich, mística inglesa que vivió aproximadamente entre 1342 y 1430. De quien los fieles católicos pueden aprender que Dios es amor y que toda persona necesita de él para encontrar verdaderamente la alegría y la paz.

En su mensaje, el Santo Padre recordó que en 1373, cuando Juliana enfermó gravemente, recibió 17 revelaciones, centradas en el amor de Dios; y que "inspirada por el amor divino, optó por una decisión radical. Como una antigua anacoreta, eligió vivir dentro de una celda, situada cerca de la iglesia titulada a san Julián, en la ciudad de Norwich".

Benedicto XVI afirmó, que "las mujeres y los hombres que se retiran a vivir en compañía de Dios, gracias a esta elección, adquieren un gran sentido de compasión por las penas y la debilidad de los demás". Tras esto, manifestó su "admiración y gratitud a los monasterios de clausura femeninos y masculinos, que hoy más que nunca, son oasis de paz y esperanza, un tesoro precioso para toda la Iglesia".

Más tarde, el Vicario de Cristo comentó que en el libro de la santa, "Revelaciones del Amor divino", "hay un mensaje de optimismo fundado en la certeza de que somos amados por Dios y protegidos por su Providencia".

"Juliana de Norwich entendió el mensaje central para la vida espiritual: Dios es amor y sólo cuando nos abrimos totalmente a este amor y dejamos que se convierta en la única guía de la vida, todo se transforma, se encuentran la verdadera paz y la verdadera alegría y se es capaz de difundirlas alrededor", añadió el Pontífice.

"Las promesas de Dios son siempre más grandes que nuestras expectativas. Si entregamos a Dios, a su gran amor, los deseos más puros y más profundos de nuestros corazones, nunca nos sentiremos defraudados", explicó el Papa Benedicto XVI para concluir señalando que "esto lo vivió con gran intensidad Juliana de Norwich. Que su ejemplo os ayude en vuestra vida cristiana, para que siempre seáis signos vivos de la caridad de Cristo y transmitáis a los demás con serena alegría la belleza de su mensaje de salvación. Muchas gracias".

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