martes, 16 de agosto de 2011

Cardenal Rivera asegura que el Reino de Dios es para todos los hombres de la tierra

Al mediodía del pasado domingo 14 de agosto, el Cardenal Norberto Rivera Carrera comentó en su homilía, que los textos de la Escritura leídos ese día, “nos invitan a reflexionar sobre algo muy importante y de plena actualidad: la actitud que debemos tener con todos aquellos que no comparten nuestra fe”.

Seguidamente indicó que hasta hace poco tiempo, en México se compartían las ideas y creencias, y que en la actualidad existe una gran diversidad de pensamientos, lo cual podemos ver reflejado desde la familia, donde sus miembros ya no tienen la misma fe, al igual que como sucede en el trabajo, en nuestro centro de estudio o en la zona donde vivimos.

Al respecto, el Arzobispo Primado de México insistió que “el Señor nos enseña con su palabra, a saber convivir dentro de ese ambiente plural” en el que nos desenvolvemos, considerando a todos los seres humanos de la tierra, como nuestros hermanos, incluso siendo budistas, hinduistas o de cualquier otra religión. Luego recordó que sobre esto han hablado el profeta Isaías y san Pablo, quienes señalan que la fe es la que abre las puertas del Reino de Dios, para todo aquél que crea en Él.

“La primera lectura de Isaías rechaza la tentación de encerrarse en sí mismos y de considerar a todos los demás como inmundos: los extranjeros se pueden adherir al Señor, y sus holocaustos y sacrificios son gratos al Señor y gratos a la Casa del Señor, porque la Casa del Señor es casa de oración para todos. Esto debió de sonar de una manera novedosa en aquél tiempo, pero es palabra del Señor, así dice el profeta”.

Por otra parte, el Cardenal insistió que “el respeto y el reconocimiento que nos merecen nuestros hermanos de otras religiones y de los no creyentes, nos debe llevar también a proclamar y a proponer con toda libertad y honestidad nuestra fe y nuestras convicciones religiosas, sabiendo que Cristo, camino, verdad y vida, siempre es Buena Nueva para todos los hombres de buena voluntad”, y por ello exhortó a olvidar los viejos tiempos en que la gente se burlaba de quienes no compartía su fe.

“El respeto y el reconocimiento de la libertad religiosa de todo ser humano, porque es un derecho fundamental, no es un privilegio para tal o cual religión, todo hombre debe ser respetado no solamente en la libertad de culto, sino en la libertad religiosa con todas sus consecuencias… Y así como nosotros debemos respetar a los demás, ese mismo respeto debemos nosotros de pedir de la misma sociedad, de las autoridades, de todos los demás creyentes o no creyentes”, añadió.

Para concluir, el Prelado pidió no considerar que “fuera de la Iglesia no hay salvación”, pues la Iglesia de Dios es más amplia de lo que parece a nuestros ojos “y que por tanto muchos hermanos nuestros, aún sin saberlo, pertenecen de alguna manera o se encaminan hacia la verdad plena que es Cristo Jesús y su Iglesia. Sin saberlo lo andan buscando. Confesamos junto con San Pedro que para Dios no hay preferencia de personas y a Él le agradan todos aquellos que practican la verdad, todos aquellos que practican la justicia, todo aquél que teme al Señor, Nuestro Dios”.

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