9 de Enero
El domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía, está dedicado a celebrar y recordar el día del bautismo de Cristo, con el que se señala la culminación del ciclo natalicio del Señor. Además, con este acontecimiento, se lleva a cabo la segunda revelación de Jesús a los hombres.
Es también el domingo que da paso al tiempo ordinario señalado en el calendario litúrgico, tiempo de reflexión que nos invita a prepararnos para la Cuaresma.
El significado del bautismo del Señor, es importante en la vida de todo cristiano, ya que nos recuerda la condición mesiánica de Jesucristo. El día en que el Señor se encuentra con su primo Juan el Bautista, en el río Jordán, el Hijo de Dios le insiste que lo bautice. Las Escrituras relatan que al momento en que Jesús sale del agua se abrieron los cielos, entonces el Espíritu de Dios descendió sobre Él, en forma de paloma, y se oyó una voz que decía: «Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias».
Jesús entró en el agua para santificarla y hacerla santificadora, sepultando en ella al viejo Adán, y consagrándonos mediante su Espíritu, por lo que, al ser bautizados, nos convertimos en verdaderos hijos de Dios.
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