miércoles, 5 de enero de 2011

Historia de la semana

Los tres ancianos

Un día, una mujer que salía de su casa, encontró a tres ancianos con largas barbas, sentados justo frente a su puerta.
Durante unos minutos se quedó mirándolos tratando de recordar si alguna vez los había visto, y al no reconocerlos, se acercó y les preguntó:
-"Creo que no los conozco, pero deben de estar hambrientos. Por favor entren y les daré algo de comer".

Al unísono, los ancianos dijeron a la mujer:
-"¿Está el hombre de la casa?”.

Y la señora, algo insegura, contestó:
"No, salió hace rato y no ha de tardar, ¿lo buscaban?"

Los ancianos se pusieron de pie y replicaron:
-“Entonces no podemos entrar”.

Al anochecer, cuando su esposo llegó a casa, la señora le contó lo que había ocurrido. Entonces el marido señaló:
-"Ve a decirles que estoy en casa e invítalos a entrar".

La mujer se asomó por la ventana y vio que los ancianos seguían sentados en el mismo lugar donde se habían quedado al negarse entrar por la ausencia del esposo. Rápidamente fue a buscarlos y los invitó a pasar.

Al escucharla, los ancianos se opusieron nuevamente y añadieron:
-"Nosotros no entraremos a la casa juntos".

La mujer les insistió que entraran, que serían bien recibidos, que su esposo ya sabía que estaban afuera y que él mismo los había invitado. Entonces uno de los ancianos le explicó:
-"Su nombre es Riqueza. Él es Éxito y yo soy Amor. Ahora entra a tu casa y conversa con tu esposo sobre a cual de nosotros quieren recibir en su hogar”.

La mujer le contó a su marido lo que le habían dicho los ancianos, y comenzaron a preguntarse a quién de los tres dejarían entrar. El esposo insistió:
-“Considero que lo mejor es dejar entrar a la Riqueza, para que llene de abundancia nuestra casa. Quién sabe cuándo vuelva a tocar a nuestra puerta”.

Pero la señora no se convenció con aquella explicación y le comentó a su marido que lo mejor sería invitar al Éxito. En ese momento, entró su hija quien había escuchado lo sucedido y les compartió su sentir:
-“¿No creen que sería mejor invitar al Amor?, nuestra casa se llenaría de él”.

Los esposos decidieron escuchar el consejo de su hija y salieron a invitar al Amor, entonces el Amor se puso de pie y los otros dos ancianos les siguieron hasta la puerta de la casa. La mujer, sorprendida, les recordó que habían dicho que solo uno de ellos podría entrar en aquél hogar y ellos expusieron:

-“Si tu hubieras invitado a la Riqueza o al Éxito, los otros dos nos hubiéramos quedado afuera, pero como invitaste al Amor, entraremos juntos. Donde quiera que haya Amor, también habrá Éxito y con él La Riqueza.

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