jueves, 20 de enero de 2011

Papa Benedicto XVI: la unidad es un don de Dios

En la Audiencia General del miércoles 19 de enero, el Papa Benedicto XVI alentó a trabajar por la plena unidad de los cristianos teniendo en cuenta cuatro elementos fundamentales: el depósito de la fe de los Apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración.

En su mensaje, el Santo Padre se refirió a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero, en la que "todos los creyentes en Cristo están invitados a unirse en plegaria para testimoniar el profundo vínculo que existe entre ellos y para invocar el don de la plena comunión".

"En el camino para construir la unidad, es providencial que la oración esté en el centro: esto nos recuerda una vez más, que la unidad no puede ser simplemente un producto de la actividad humana; es ante todo un don de Dios. La unidad no la 'construimos' nosotros, sino Dios, viene de Él, del misterio trinitario", explicó.

Luego comentó que el tema elegido este año para la Semana de Oración "hace referencia a la experiencia de la primera comunidad cristiana de Jerusalén, como se describe en los Hechos de los Apóstoles: 'Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración'".

Sobre la primera característica, el Papa dijo que "también hoy, la comunidad de los creyentes reconoce en la referencia a la enseñanza de los Apóstoles”, y seguidamente manifestó que la comunión fraterna es “la expresión más tangible, sobre todo para el mundo exterior”, donde pese a los momentos de dificultad, sobresale la cooperación y el compartir humano y espiritual, “que ha cambiado de manera significativa las relaciones entre los creyentes en el Señor Jesús: todos estamos comprometidos a continuar por este camino".

A cerca de la fracción del pan, indicó que "la comunión en el sacrificio de Cristo es la culminación de nuestra unión con Dios y por lo tanto también la plenitud de la unidad de los discípulos de Cristo, la comunión plena".

"Como la primera comunidad cristiana de Jerusalén, partiendo de lo que ya compartimos, tenemos que ofrecer un testimonio fuerte, fundado espiritualmente y sostenido por la razón, del único Dios que se ha revelado y nos habla en Cristo, para ser portadores de un mensaje que oriente e ilumine el camino del hombre de nuestro tiempo, a menudo sin puntos de referencia claros y válidos", prosiguió el Pontífice.

Por último, el Papa declaró que "por eso, es importante crecer cada día en el amor mutuo, comprometiéndose a superar aquellas barreras que aún existen entre los cristianos: sentir que hay una verdadera unidad interior entre todos los que siguen al Señor; colaborar todo lo posible, trabajando juntos en las cuestiones aún abiertas: y, sobre todo, ser conscientes de que en este itinerario el Señor debe ayudarnos todavía mucho, porque sin Él, sin 'permanecer en Él' no podemos hacer nada".

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