Este 4 de julio, desde España se dio a conocer a la Iglesia Católica, el testimonio de Sor Teresita, ya que tras haber ingresado en el Convento Buenafuente del Sistal (España) el 16 de abril de 1927, el mismo día en que nació el Papa Benedicto XVI, a sus 103 años, la religiosa ha pasado 84 de ellos en clausura y vida contemplativa.
Libros Libres, fue la encargada de recoger su historia, junto a la de otras nueve monjas de clausura, que aparecen en la obra titulada "¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?", cuyo autor es el periodista Jesús García, quien explica la riqueza interior y la felicidad que supone la vida contemplativa.
Según los editores, Sor Teresita, la religiosa que conocerá al Papa durante la Jornada Mundial de la Juventud, “es la monja de clausura que más tiempo lleva en un monasterio", y "ha sido durante más de 20 años superiora de su comunidad religiosa".
Sobre el día de su ingreso al Convento Cisterciense de Buenafuente, Sor Teresita, cuyo nombre era Valeria, recuerda que le dio miedo seguir ese llamado, "Pero el Señor me ayudó".
"Yo era la mayor de 7 hermanos y con mi hermana me pasaba el día haciendo bromas, éramos felices. Pero mi padre, viendo la vida que llevábamos en el campo, ¡y pensando que las monjas no trabajaban!, nos decía a mi hermana y a mí: ¿y no querríais ser monjas…? Y yo, por contentar a mi padre, le recé a la patrona de Vitoria y le pedí que me diese vocación… ¡Y vaya si me la dio!", comentó.
La religiosa dedica su vida a la oración por los demás y al trabajo en el convento, y pese a disfrutar su vida, aseguró que "Una vez tuve la tentación de imaginar cómo hubiera sido mi vida fuera, porque me pareció que aquí no hacía nada. Es una crisis que pasamos muchas, pensar que aquí no hacemos nada. Pero lo hablé con un sacerdote y me dijo que tenía una vocación muy hermosa. Merece la pena, no tiene ni punto de comparación darle tu vida a Dios con nada más. Yo soy muy feliz y no envidio nada de fuera. Es una gracia de Dios. La vocación y la perseverancia, son dos gracias que me ha dado".
Para los editores, Sor Teresita es la imagen de la felicidad y como ella misma dice "no se puede vivir aburrida en el Convento. Terminas mal. O eres feliz o nada". Respecto a su secreto para ser feliz, ella indicó que "Cada uno es feliz en su profesión. La felicidad se siente siguiendo cada uno su vocación. Eso sólo lo sabe quién lo vive".
Por último, la religiosa dijo que "el don más grande que he recibido en estos más de 100 años ha sido la oración. Sin ella no se puede sostener uno. Cada día es una opción de oración. Yo no dejo de repetir: ‘Gracias, perdón, Gracias, perdón’".
Éste libro pone al lector en contacto con "diez mujeres auténticas de nuestro mundo y nuestro tiempo, que responden abiertamente a éstas y más preguntas sobre la vocación, explicando cómo es la vida en una clausura, qué valor tiene la pobreza, qué las hace tomar semejante decisión, o si ya cumplidos los cien años ha merecido la pena vivir casi un siglo dedicada nada menos, y nada más, que a Dios".
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