Ayer 21 de julio, el Papa Benedicto XVI manifestó su pesar por el fallecimiento del Cardenal Kazimierz Świątek, Arzobispo Emérito de Minsk-Mohilev (Bielorrusia), a los 96 años, quien sobreviviera a la prisión y que durante diez años realizara trabajos forzosos en un campo de concentración en Rusia.
En un telegrama enviado al Obispo de Grodno y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos en Biolorrusia, Mons. Aleksander Kaszkiewicz, el Santo Padre señaló que tras conocer la noticia "eleva fervorosas oraciones a Dios para que conceda el reposo eterno a este celoso y generoso pastor".
Más adelante, el Pontífice insistió que "me uno espiritualmente al pésame de las comunidades diocesanas donde ejerció con solicitud el ministerio episcopal. Recuerdo el testimonio valeroso de Cristo y su Iglesia en tiempos particularmente difíciles, así como el entusiasmo prodigado para colaborar en el camino de renacimiento espiritual del país", y agregó que hace llegar también, sus condolencias a todo el Episcopado de Bielorrusia, "y a todos los fieles que él ha amado y servido de corazón, a quienes imparto la confortadora bendición apostólica".
Por su parte, el diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR) recordó que el Cardenal escribió hace años "puedo decir que solo por unos meses tuve una vida sacerdotal normal, sobre la que se escribe en los manuales de teología pastoral", al mencionar que fue arrestado en 1941 y enviado a la cárcel de Brest por el supuesto delito de espionaje, en donde después de varios interrogatorios por parte de la autoridad comunista que perseguía a la Iglesia, "la condena a la pena capital parecía inevitable".
En medio de la confusión creada por la invasión alemana, pudo escapar, sin embargo, nuevamente fue aprendido el 18 de diciembre de 1944. Estuvo en la prisión de Minsk hasta 1945. Luego fue condenado a diez años de trabajos forzosos en los gulags de Siberia; primero en Mariinsk hasta 1947 y luego siete años en Vorkuta e Inta, en el círculo polar ártico, donde era difícil sobrevivir, por lo que, al momento en que el encargado lo liberó, éste se sorprendió de verlo aún con vida, en 1954.
Cuando fue liberado, el entonces P. Kazimierz Świątek regresó a la diócesis de Pinsk, y luego de años de arduo trabajo pastoral por la reconstrucción y el crecimiento de la Iglesia en Bielorrusia, el Papa Juan Pablo II lo creó Cardenal en el Consistorio de noviembre de 1994 y diez años después, en 2004, le confirió el premio "Fides testis".
Una de las anécdotas compartidas por el fallecido Cardenal es sobre el día en que a escondidas, celebró una Misa de Navidad con diez católicos, y después de ser sorprendido por un guardia, se salvó de ser castigado al invitar a aquél hombre, a que participara de la Eucaristía.
El Cardenal Swiatek, que era también Administrador Apostólico en ejercicio de la diócesis de Pinsk, nació el 21 de octubre de 1914 en Walga, en el territorio de la administración apostólica de Estonia. Fue ordenado sacerdote el 9 de abril de 1939.
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