En declaraciones a ACI Prensa este 11 de julio, el director del diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR), Giovanni Maria Vian, señaló que tras el cierre del semanario británico "News of the World" (que después de 168 años llega a su fin, debido a que se conoció que sus exclusivas eran obtenidas a través de la interceptación telefónica), los medios de comunicación necesitan con urgencia de la ética, la llamada "infoética".
Giovanni Vian expresó que "ha sido muy lamentable lo que ha pasado y News of the World ha sido un poco la punta del iceberg, pero es evidente que toda la información, lo decía el Papa mismo en el mensaje para la jornada de la comunicación social, necesita un enfoque que permite hablar de infoética, como se habla de la bioética".
El director de L’Osservatore Romano también dijo que su diario ha preparado un editorial, escrito por el sacerdote José María Gil Tamayo, ex director de la comisión de medios de la Conferencia Episcopal Española durante 13 años, donde explica claramente la necesidad de que "se respeten criterios éticos en la información. Antes de la información vienen las exigencias de justicia y las exigencias del respecto de la dignidad de cada persona humana".
En el editorial publicado en la edición para el 12 de julio, el P. Tamayo, también miembro del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, afirma que "las víctimas de este periodismo sin escrúpulos (de News of the World) no son solo los interceptados, sino toda la opinión pública y la misma industria de la comunicación", y destacó que la industria ha sido afectada porque “se golpea el prestigio y la credibilidad en el periodismos, que es imprescindible en las sociedades libres y democráticas".
Tras recordar el llamado del Papa Benedicto XVI a la infoética en los medios, el sacerdote español precisa que "el más elemental sentido moral indica que el fin no justifica nunca los medios y que los medios no son ámbitos exentos o dispensados de la ética".
Para lograr esta ética en los medios, explicó el experto en medios, es necesario un serio discernimiento en el que "la dignidad de la persona y el bien común sean los verdaderos criterios de valoración ética, siempre necesaria para que la calidad del producto comunicativo sea completa", con lo que "se contribuirá a la formación de un público maduro, porque la responsabilidad ética no está solo en quien hace la información, es decir en los profesionales de la comunicación, sino también en los destinatarios".
De este modo se llegará a una verdadera "libertad de información" que respeten la "genuina e inviolable dignidad humana que se traduzca en códigos de conducta, en formas de autocontrol y de tutela jurídica y preserve una verdadera ‘ecología’ o (salud ética) de la comunicación social, indispensable para una adecuada y libre convivencia democrática".
Por último, el P. Tamayo señaló que "las serias carencias antropológicas y éticas que determinadas ideologías han dejado como triste herencia a la sociedad contemporánea, se podrán superar solo con un sincero y humilde retorno a la verdadera realidad moral y jurídica. De ella Dios no puede ser excluido porque es su fundamento".
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