El pasado 26 de octubre, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, dedicó su editorial "Octava dies" a las canonizaciones que presidió el Papa Benedicto XVI el 17 de octubre. En la nota se refirió de manera especial a Santa Mary Mac Killop y San André Bessette, de Australia y Canadá respectivamente.
Seguidamente, el sacerdote comentó que la "Iglesia propone solemnemente en los Santos modelos de vida cristiana, pero lo hace reconociendo aquello que el pueblo ha ya entendido: que ciertas personas encarnan el Evangelio con una ejemplaridad extraordinaria, y así se convierten para quienes los encuentran, en amigos espirituales, fantásticas guías para llegar al amor de Dios, a la fe, a la esperanza".
Las canonizaciones, prosiguió el vocero Vaticano, "son el reconocimiento que el espíritu de Dios sopla en personas comunes como Mary y el hermano André, y produce frutos de virtud que son fuente de consuelo y luz para muchísimos otros. Algunos santos son reconocidos solemnemente; la gran mayoría no se hacen universalmente famosos pero difunden igualmente entorno a ellos esperanza y amor".
"Esta es la cara más bella de la Iglesia. En la Iglesia todo lo demás está al servicio de los hombres y mujeres de cada país y condición para que puedan caminar hacia Dios sobre los caminos de la santidad. Aprendamos a ver a la Iglesia en esta perspectiva y a renovarla continuamente comenzando por nosotros mismos", concluyó.
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