El pasado sábado 9 de octubre por décimo novena ocasión, se llevó a cabo el Rosario Viviente. En éste día, laicos, sacerdotes, religiosas y religiosos, nos reunimos en el Estadio Azul para orar por el Sr. Cardenal Norberto Rivera Carrera, quien está cumpliendo quince años al frente de la Arquidiócesis de México y veinticinco años de Vida Episcopal.
Antes del rezo del Santo Rosario, el Prelado dirigió un mensaje a los fieles, y en él manifestó su agradecimiento por las muestras de afecto y cariño, y de manera especial, agradeció las oraciones dirigidas a Dios para pedir por él, las cuales consideró “una bendición”. Luego agregó que en la oración encontramos fuerzas para afrontar los problemas, dificultades o pruebas que nos vienen “en el caminar por ésta vida”.
En su reflexión, el Arzobispo Primado de México exhortó a los fieles, “a permanecer en acción de gracias” no solamente por él, sino también “por el Papa, por toda la Iglesia, por todo fiel cristiano que continuamente necesita de la oración de sus hermanos para poder seguir adelante en el seguimiento de Jesucristo”. Poco más tarde, recordó que Jesucristo ha encomendado a la Iglesia una triple misión, la cual está encabezada por el obispo, y que consta en “predicar la palabra, celebrar los sacramentos y promover a la comunidad cristiana en la caridad”.
"El Señor, cuando nos llama a predicar no nos manda a predicar cualquier palabra, sino la palabra del Evangelio, su palabra y por eso el pastor continuamente debe cuidar de que sea la palabra de Cristo, la que Él proclame, la que proclamen sus sacerdotes, la que se proclame en los colegios, la que se proclame en cada una de las casas de ustedes. Por eso siempre debe estar vigilante para que sea la doctrina cristiana, la doctrina del Evangelio", declaró.
El Cardenal reconoció que para lograr dicha tarea, es necesario apoyarse en la fe y el amor, e indicó que el pastor requiere del respaldo de sus fieles e invitó a su vez, para que los fieles sientan la cercanía con su pastor. Además explicó que cuando hacemos alguna obra como comunidad, “es la Iglesia de Cristo la que se convierte en luz para las demás gentes. Brilla la luz de Cristo ante los demás, porque brilla el amor de Dios cuando la comunidad cristiana se organiza para la caridad, para salir al encuentro de los más necesitados”.
Antes de concluir su mensaje, el Cardenal Rivera Carrera aseguró que si estamos unidos con María y en la oración, “nuestra plegaria siempre obtendrá el Espíritu de Dios sobre nosotros”.
"La oración nuestra siempre tiene que estar centrada en Jesucristo nuestro Señor, sólo Él es nuestro Salvador. Sólo Él ha entregado su vida por nosotros, sólo Él es el que puede llevarnos hasta la casa del Padre. Pero Cristo llegó a nosotros por medio de María, y por eso siempre que acudimos a Jesucristo, tenemos presente a Santa María, nuestra madre, y sobre todo la sentimos cercana bajo la advocación de Guadalupe, porque sabemos que siempre somos escuchados si lo hacemos junto con María", señaló.
Por último, el Prelado deseó que el Señor bendiga “a nuestra Iglesia, y a nuestros hermanos que en estos momentos están en grandes necesidades. Que esta oración de esta tarde, también a ellos los fortalezca y nos fortaleza a nosotros en nuestro caminar, para ser discípulos y misioneros de Jesucristo".
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