Papa Benedicto XVI invita a la amistad con Jesús y a amar las Sagradas Escrituras
En la Audiencia General del miércoles 6 de octubre, el Papa Benedicto XVI recordó a la mística alemana del siglo XIII, Santa Gertrudis, quien nació en 1256. Respecto a la santa, el Pontífice aseguró que los católicos pueden aprender que la clave para una vida feliz es la amistad con Jesús que se adquiere del amor por la Sagrada Escritura, la liturgia y junto a la Virgen María.
El Santo Padre indicó que cuando Gertrudis tenía cinco años, "entra en el monasterio, como era costumbre con frecuencia en aquella época, para la formación y el estudio. Aquí transcurre toda su existencia". Luego destacó que Gertrudis se consagró totalmente a Dios en la vida monástica y que durante dos décadas, no sucedió nada extraordinario, ya que en ese tiempo, el estudio y la oración fueron su actividad principal. A los 25 años tuvo "la visión de un joven que la guía para superar la maraña de espinas que oprime su alma, tomándola de la mano. En aquella mano reconoce a Aquél que en la Cruz nos ha salvado con su sangre, a Jesús", añadió.
El Vicario de Cristo señaló también, que "a partir de ese momento, su vida de comunión íntima con el Señor se intensifica. Abandona los estudios humanísticos profanos para consagrarse totalmente a los teológicos y, en la observancia monástica, pasa de una vida que ella define negligente a una de oración intensa, mística, con un excepcional ardor misionero".
Seguidamente el Papa resaltó que Gertrudis "comprende que en el pasado se ha alejado de Dios, que se ha dedicado con demasiada codicia a los estudios liberales, a la sabiduría humana, descuidando la ciencia espiritual, privándose del gusto por la verdadera sabiduría; ahora es conducida al monte de la contemplación, donde deja al hombre viejo para revestirse del nuevo".
La santa alemana se dedicó después, “a la escritura y a la difusión de la verdad de fe con claridad y sencillez, gracia y persuasión, sirviendo con amor y fidelidad a la Iglesia, llegando a ser apreciada por los teólogos y las personas pías". Entre los pocos escritos que se conservan, debido a la destrucción del monasterio de Helfta, se encuentran: "El heraldo del amor divino" o "Las revelaciones" y los "Ejercicios Espirituales.
El Sumo Pontífice dijo luego, que "a las oraciones y penitencias de la regla monástica, Gertrudis añade otras con tanta devoción y confianza en Dios, que suscitan en quien la encuentra la conciencia de estar en la presencia del Señor. De hecho, Dios mismo le hace comprender que la ha llamado para que sea un instrumento de su gracia. Gertrudis se siente indigna de este inmenso tesoro divino y confiesa que no lo ha custodiado y valorado".
Esta santa, murió entre el año 1301 y el 1302.
El Papa Benedicto XVI concluyó su catequesis, asegurando que el ejemplo de Santa Gertrudis "nos muestra que el centro de una vida feliz, de una vida verdadera, es la amistad con Jesús, el Señor, que se aprende en el amor por la Sagrada Escritura, por la liturgia, en la fe profunda, en el amor por María, para conocer cada vez más realmente a Dios mismo y así la verdadera felicidad, la meta de nuestra vida".
“Que el ejemplo de Santa Gertrudis os impulse a conocer profundamente la Sagrada Escritura, a amar con humildad a Cristo y a su Iglesia, a cultivar la oración personal y a participar con fidelidad en la Santa Misa. Muchas gracias y que Dios os bendiga", finalizó.
En la Audiencia General del miércoles 6 de octubre, el Papa Benedicto XVI recordó a la mística alemana del siglo XIII, Santa Gertrudis, quien nació en 1256. Respecto a la santa, el Pontífice aseguró que los católicos pueden aprender que la clave para una vida feliz es la amistad con Jesús que se adquiere del amor por la Sagrada Escritura, la liturgia y junto a la Virgen María.
El Santo Padre indicó que cuando Gertrudis tenía cinco años, "entra en el monasterio, como era costumbre con frecuencia en aquella época, para la formación y el estudio. Aquí transcurre toda su existencia". Luego destacó que Gertrudis se consagró totalmente a Dios en la vida monástica y que durante dos décadas, no sucedió nada extraordinario, ya que en ese tiempo, el estudio y la oración fueron su actividad principal. A los 25 años tuvo "la visión de un joven que la guía para superar la maraña de espinas que oprime su alma, tomándola de la mano. En aquella mano reconoce a Aquél que en la Cruz nos ha salvado con su sangre, a Jesús", añadió.
El Vicario de Cristo señaló también, que "a partir de ese momento, su vida de comunión íntima con el Señor se intensifica. Abandona los estudios humanísticos profanos para consagrarse totalmente a los teológicos y, en la observancia monástica, pasa de una vida que ella define negligente a una de oración intensa, mística, con un excepcional ardor misionero".
Seguidamente el Papa resaltó que Gertrudis "comprende que en el pasado se ha alejado de Dios, que se ha dedicado con demasiada codicia a los estudios liberales, a la sabiduría humana, descuidando la ciencia espiritual, privándose del gusto por la verdadera sabiduría; ahora es conducida al monte de la contemplación, donde deja al hombre viejo para revestirse del nuevo".
La santa alemana se dedicó después, “a la escritura y a la difusión de la verdad de fe con claridad y sencillez, gracia y persuasión, sirviendo con amor y fidelidad a la Iglesia, llegando a ser apreciada por los teólogos y las personas pías". Entre los pocos escritos que se conservan, debido a la destrucción del monasterio de Helfta, se encuentran: "El heraldo del amor divino" o "Las revelaciones" y los "Ejercicios Espirituales.
El Sumo Pontífice dijo luego, que "a las oraciones y penitencias de la regla monástica, Gertrudis añade otras con tanta devoción y confianza en Dios, que suscitan en quien la encuentra la conciencia de estar en la presencia del Señor. De hecho, Dios mismo le hace comprender que la ha llamado para que sea un instrumento de su gracia. Gertrudis se siente indigna de este inmenso tesoro divino y confiesa que no lo ha custodiado y valorado".
Esta santa, murió entre el año 1301 y el 1302.
El Papa Benedicto XVI concluyó su catequesis, asegurando que el ejemplo de Santa Gertrudis "nos muestra que el centro de una vida feliz, de una vida verdadera, es la amistad con Jesús, el Señor, que se aprende en el amor por la Sagrada Escritura, por la liturgia, en la fe profunda, en el amor por María, para conocer cada vez más realmente a Dios mismo y así la verdadera felicidad, la meta de nuestra vida".
“Que el ejemplo de Santa Gertrudis os impulse a conocer profundamente la Sagrada Escritura, a amar con humildad a Cristo y a su Iglesia, a cultivar la oración personal y a participar con fidelidad en la Santa Misa. Muchas gracias y que Dios os bendiga", finalizó.
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