En su Homilía del pasado domingo 1° de mayo, Mons. Cristopher Pierre Nuncio Apostólico en México, dio gracias a la Santa Madre, la Virgen de Guadalupe por el nuevo Beto Juan Pablo II que el día de hoy nos ha regalado.
Comentó que debemos estar contentos por tener un gran ejemplo, que siempre estuvo lleno de vida y de amor. Ahora nos toca contemplar con nuestros ojos, a quien a partir de hoy es intercesor nuestro ante Dios, es un privilegio para cada uno de nosotros los mexicanos, el poder tener al ahora Beato Juan Pablo II, el hombre y sacerdote que logró unir a Cristo y a su Iglesia, con esa encencia que a Él le caracterizaba.
“El Santo Padre Juan Pablo II resplandece hoy ante nosotros, con una luz especial, gracias a su coherencia de vida, gracias a que él actúo según las exigencias del Evangelio, habló conforme a su ser, siguiendo fielmente a su Maestro, también en el calvario hasta su muerte, sin bajarse de la cruz. Por eso Juan Pablo II permanece y permanecerá para todos los cristianos, para todas las personas de buena voluntad”, indicó Mons. Cristopher.
Juan Pablo II fue una persona con valores, la grandeza del hombre que hoy ha sido beatificada, una persona que supo ser creyente cabal, un hombre de fe que siempre tuvo a Jesucristo en su vida; cada uno de nosotros debemos de aprender de él y anunciarlo con su palabra, con sus gestos, tratar de imitar a Juan Pablo II, porque el Papa Mexicano, como el mismo se autonombró, nos enseña a no tener miedo a abrir de par en par las puertas de nuestro corazón a Cristo.
El Papa decidió confiar toda su vida desde muy joven a María, por que era Ella quien lo guiaba a la luz de Cristo Jesús, era Ella su modelo de servicio a Cristo y a su iglesia. No debemos olvidar el atentado que sufrió, sin embargo no dejó de tener esa confianza en María, y con la grandeza de su amor a Jesús y Santa María de Guadalupe, perdonó a quien le hizo daño.
“Hoy sigue viva la imagen del Papa, extendiendo sus brazos y estrechando sus manos a todo hombre y mujer que se acercara a él, dando amor a toda persona como solo él quiso y supo hacerlo… defendiendo a capa y espada el valor de la familia en todas sus instancias y los derechos de todos los hombres, lo que le llevó a una infatigable lucha por conseguirlo”, apuntó el Nuncio.
Durante la celebración se proyectaron en pantallas gigantes instaladas al interior del recinto, el momento en que se declaraba beato a Juan Pablo II. Dichas imágenes conmovieron a los presentes, que comenzaron las porras e interminables aplausos.
“Demos gracias con todo el corazón por la beatificación de Juan Pablo II pues podemos estar seguros que a lado de Santa María de Guadalupe, el está intercediendo por nosotros… Que María de Guadalupe y el nuevo beato tengan siempre misericordia de nosotros. Que así sea”, concluyó.
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