
“La imagen del Creador está impresa en su ser y siente la necesidad de encontrar una luz para dar una respuesta a los interrogantes sobre el sentido profundo de la realidad; una respuesta que no puede encontrar en sí mismo, en el progreso, en la ciencia empírica”, prosiguió el Sucesor de Pedro.
Más adelante al destacar la importancia de la oración, compartió que “Santo Tomás de Aquino, uno de los más grandes teólogos de la historia, define la oración como la "expresión del deseo que el hombre tiene de Dios". Esta atracción hacia Dios, que Dios mismo ha puesto en el hombre, es el alma de la oración, que se reviste luego de muchas formas y modalidades según la historia, el tiempo, el momento, la gracia y pese al pecado de cada orante”.
Y dijo también, que orar “es una actitud interior, antes que una serie de prácticas y fórmulas, es un modo de ser ante Dios antes que el cumplimiento de actos de culto o pronunciar palabras”. “La oración que es apertura y elevación del corazón a Dios, se convierte así en relación personal con Él”, continuó el Papa.
Por último, el Pontífice invitó a “pasar más tiempo ante Dios, ante Dios que se ha revelado en Jesucristo, aprendamos a reconocer en el silencio, dentro de nosotros mismos, su voz que nos llama y nos reconduce a la profundidad de nuestra existencia, a la fuente de la vida y la salvación, para superar el límite de nuestra vida y abrirnos a la medida de Dios, a la relación con Él, que es Infinito Amor".
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