Al mediodía del pasado domingo 15 de mayo, en el día dedicado a Cristo Buen Pastor, el Cardenal Norberto Rivera Carrera explicó en su homilía que, cuando Jesús se autodefine como “la puerta” por donde entran y salen las ovejas, lo hace refiriéndose a su personalidad, ya que “es como una puerta abierta de par en par para todos nosotros, cualesquiera que haya sido nuestro camino, cualesquiera que haya sido nuestra historia personal”.
“La metáfora de “la puerta” viene a reforzar lo que ya nos dijo Jesús: “Yo soy el Buen Pastor” y soy el Buen Pastor, porque soy el camino, la verdad y la vida, yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Cuando muchos tocan a nuestra puerta presentándose como pastores que ofrecen variedad y abundancia de pastos, es muy fácil saber si vienen sólo por la lana de las ovejas o vienen a dar la vida por el rebaño. Cuando se presentan por su propia cuenta sin que nadie los haya enviado y quieren formar su propio rebaño ya están revelando sus intenciones, quieren las ovejas para ellos. Cuando anuncian y proclaman doctrinas y enseñanzas novedosas y fascinantes, pero que nada tienen que ver con el Evangelio que por veinte siglos han enseñado los enviados por Jesús, deberán ser respetados, pero no hacen presente al Buen Pastor”.
Por otra parte, manifestó que hay muchos que hacen presente al Buen Pastor por medios de distintos roles, y como ejemplo mencionó a los padres de familia, quienes dedican sus días a ayudar a sus hijos para que se desarrollen plenamente. También están los maestros, quienes “iluminan a sus alumnos con la verdadera enseñanza y con la verdad de su propia vida”.
Al respecto, el Prelado aprovechó para felicitar a “cada uno de los maestros que entregan su propia vida, precisamente para que otros tengan esa luz de la verdad”, y agregó que son especialmente encomendados al maestro de maestros, es decir, a Cristo Jesús. Y continuando su reflexión, recordó de manera muy particular, a los consagrados a Dios.
“Religiosas y religiosos que con sus votos y con su servicio nos muestran el valor de aquello que no vemos y nos hacen gustar los bienes definitivos, ya desde ahora. Y sobre todo, Sacerdotes que proclamando el Evangelio de la Vida, celebrando los signos de nuestra salvación y conduciendo la comunidad, hacen presente al único y Buen Pastor, Cristo Jesús, pastor de nuestras almas, cabeza de la Iglesia”.
Además, el Arzobispo Primado de México comentó a cerca de la violencia que día a día se incrementa en nuestro país y así, exhortó sobre la urgente necesidad de que existan buenos pastores, como lo fuera el Rey David, “un hombre como nosotros, lleno de debilidades y pecados, pero un hombre que supo acudir a Dios, sobre todo reconociendo su pecado”. Luego, prosiguió con lo importante que es que “el Buen Pastor se haga presente ahí en los hogares, en las escuelas, en los hospitales y en todas las realidades de nuestro mundo”.
Para finalizar su mensaje, invitó a los fieles a tener cuidado de aquellos que se hacen pasar por pastores cuando sólo buscan el perjuicio de las ovejas, y aseguró que en los momentos en que llegamos a decaer y llenarnos de desconfianza, es cuando más debemos acudir a Dios, porque sólo en Él podremos encontrar fortaleza.
“En este domingo cuarto de pascua, en que celebramos al Buen Pastor, reconocemos a los pastores visibles, que son la encarnación de la mano amorosa del Supremo Pastor ahora invisible. Son presencia de Dios al interior de las estructuras y al interior de nuestro mundo. Pero el mismo Buen Pastor nos da la voz de alerta, diciéndonos que también, cerca de éstas personas que hacen presente al Buen Pastor, hay también mercenarios, ladrones y salteadores, que vienen a robar y matar porque a ellos no les importan las ovejas”.
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