“Di lo que sientes”
Hace unos meses, escuché de un muchacho que, a sus 17 años, padeció un cáncer incurable. Durante mucho tiempo, el joven pasó los días encerrado en su casa, hasta que llegó el momento en que se sintió cansado y aburrido.
El joven decidió salir unos minutos y después de pedirle permiso a su mamá, tomó su suéter y un poco de dinero, y fue a caminar por los alrededores. A unas cuadras encontró una tienda de música, y al ver el aparador, notó la presencia de una hermosa jovencita que atendía en aquél lugar.
Sintió en su corazón, el flechazo del amor a primera vista. Entró en la tienda sin quitar la mirada de la joven, y poco a poco fue acercándose al mostrador. La muchacha le miró y sonriendo, preguntó:
-"¿Te puedo ayudar en algo?".
Mientras el joven pensaba que esa era la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida, tomó un disco, y tartamudeando le dijo:
"Si, eeehhh, uuhhh... me gustaría comprar un CD".
La muchacha preguntó si quería que se lo envolviera y el joven afirmó con la cabeza. La muchacha se retiró al almacén y después de unos minutos, regresó con el CD en vuelto para regalo. Después de pagarlo, el joven tomó su disco y sin despedirse, salió de la tienda.
A partir de ese día, el joven diariamente acudía a comprar un CD y la muchacha siempre se los daba envueltos. Él era muy tímido para invitarla a salir y aunque trataba, los nervios eran más fuertes que él. Cuando su madre se enteró, intentó animarlo para invitar a la muchacha a salir. El joven se armó de valor y un día, cuando la muchacha se encontraba en el almacén, envolviendo el CD, el joven dejó en el mostrador, un papel donde anotó su teléfono, y salió corriendo.
Un par de semanas después, en la casa del joven sonó el teléfono y la mamá del chico contestó. Era la muchacha de la tienda, que preguntaba por su hijo, pues hacía varios días que no acudía a la tienda. La mujer comenzó a llorar y entre sollozos le explicó a la joven, que su hijo acababa de fallecer.
En cuanto colgó el teléfono, la señora fue al cuarto de su hijo, y al acomodar las cosas del closet, encontró una gran torre de discos y todos ellos estaban envueltos. Al sentir curiosidad, comenzó a abrirlos y se percató de que había en ellos un papel que decía:
"Hola, me gustaría salir contigo. Por favor llámame. Con cariño: Sofía”.
Moraleja:
No esperes demasiado para decirle a ese alguien especial, lo que sientes. Díselo hoy, mañana puede ser muy tarde.
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