Beato Miguel Pro
23 de Noviembre
Miguel Pro nació el día 13 de enero de 1891, en Guadalupe, Zacatecas. Desde su infancia, la risa y la alegría fueron características importantes de su personalidad. A los 20 años de edad, el beato mexicano ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús, sin embargo, muy poco tiempo después, los novicios tuvieron que salir del país a causa de la Revolución Mexicana y por esta razón, llegó a ordenarse Sacerdote Jesuita en Bélgica el día 25 de agosto de 1925.
Años más tarde, el Padre Pro sufrió gravemente de una enfermedad de estómago y aún después de varias operaciones, no se mejoró. Posteriormente, a pesar de la gran persecución sufrida en México, le fue permitido regresar a su patria en 1926 y se sintió obligado a pasar el resto de su vida llevando a Cristo a los fieles mexicanos.
Esto fue como su misión especial. Pasó su tiempo atendiendo secretamente a los tenaces católicos, muchas veces en una forma incógnita o disfrazada. En varias ocasiones, apenas pudo escaparse y finalmente, se publicó una orden formal de su detención; por lo que comenzó a esconderse.
Fue acusado falsamente de traición en conexión con un atentado, y aunque hubo pruebas para confirmar su inocencia, ordenaron su ejecución.
Fue entregado a la policía por un joven que temía la muerte de su mamá; y resultó que unos pocos días antes de su detención, el beato Miguel Pro había dicho a un amigo suyo que ofreció su vida para salvar a México y que pensaba que Dios había aceptado su ofrenda. Mientras lo llevaban a su ejecución, perdonó tanto al carcelero como al pelotón de ejecución. Como su último deseo, pidió permiso para orar; luego, rehusando que le vendaran los ojos, extendió sus brazos en forma de cruz y con voz firme exclamó: "¡Viva Cristo Rey!", entregando así, su vida consagrada a Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario