jueves, 4 de noviembre de 2010

Cardenal Rivera Carrera asegura que la salvación se logra si abrimos el corazón a Jesús

Durante la Eucaristía dominical celebrada en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México el pasado 31 de octubre, el Cardenal Norberto Rivera Carrera manifestó que con el Evangelio de san Lucas, podemos reflexionar a cerca del amor misericordioso de Jesús, quien demuestra una acción salvadora con todos los pecadores, logrando ser el transformador de nuestras vidas.

En su homilía, el Prelado recordó que en la Escritura se nos presenta a Zaqueo, un hombre pecador, quien recibe a Jesús en su casa. Y agregó que el Señor le brindó una oportunidad al confiar en su capacidad de convertirse y transformar su corazón, que se reflejaría en cambiar de vida; lo que para los cristianos representa la Buena Noticia contenida en el mensaje del Hijo de Dios.

Luego, el Arzobispo Primado de México explicó que cuando Zaqueo se encontró con Cristo, descubrió que las cosas materiales eran “superfluas, ridículamente insuficientes, y hasta estorbosas”, y a partir de ese momento centró su vida en Jesús. Con ello, el Cardenal insistió que san Lucas expresa que "hoy es la cita decisiva con la Salvación de Dios”, ya que esto es lo que representa la visita de Jesús en casa de Zaqueo.

“Este "hoy" que pronuncia Cristo es real, no es sólo una palabra que nos dice el tiempo, la fecha, sino una palabra que indica toda una profundidad, es el hoy de Dios, la salvación de lo que estaba perdido, hoy se ha recuperado, la buena nueva de liberación para los débiles, para los enfermos, para los pecadores. Hoy, Dios puede intervenir en tu vida. Jesús ha introducido el hoy de Dios en nuestra historia humana, ya no hay más promesas. De ahora en adelante la salvación es algo presente, es algo que está a nuestro alcance si abrimos nuestro corazón a Cristo Jesús, si lo queremos realmente hospedar en nuestra casa”, declaró el Arzobispo.

Más adelante el Prelado reflexionó sobre la Fiesta de todos los Santos y al respecto mencionó que “en la historia de la humanidad siempre se nos han presentado ejemplos sobresalientes de hombres y mujeres” que han triunfado en el deporte y otras actividades, y añadió que también existen los santos, a quienes debemos admirar e imitar, ya que ellos llegaron a la meta, que es el estar con Dios.

“Los santos son los que han triunfado en el amor, en la compasión humana. Pero la Iglesia no nos presenta a todos los santos, simplemente para que los contemplemos o les pidamos algún favor. La Iglesia nos presenta esa cantidad de santos, innumerables, para que aprendamos de ellos cómo se vive ésta vida, cómo se puede llegar a la bienaventuranza eterna. Cómo se puede llegar, no al triunfo que acaba con una medalla, sino un triunfo definitivo de gozo. Sí se puede ser santo, miles y millones, un número que nadie puede contar, ya ha alcanzado la gloria eterna”, prosiguió.

En su reflexión, el Cardenal Rivera destacó que la Iglesia nos invita a ser santos, aunque no lleguemos a estar en un altar. Y al hablar también de la celebración de los Fieles Difuntos, indicó que “la muerte siempre será para nosotros un momento terrible, oscuro, una lucha, una agonía, un misterio, pero al mismo tiempo, la muerte la podemos ver a la luz de la resurrección, no de una promesa sino de una realidad, porque Cristo ya resucitó”.

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