El pasado miércoles 23 de marzo, al concluir su Audiencia General, el Papa Benedicto XVI recibió a una joven de 28 años, quien le obsequió su medalla oficial del Guinnes World Records, la cual obtuvo gracias a sus logros.
Jessica Cox es una joven estadounidense, que pese a haber nacido sin brazos, se ha convertido en una piloto de aviones, además ha aprendido a tocar el piano; ambas cosas las hace con los pies. De pequeña también practicó gimnasia, baile, tap, canto, tae kwon-do y natación. La medalla, fruto de su esfuerzo, se la ha regalado al Santo Padre, para "testimoniar el valor de la vida siempre y en todo lugar, en cualquier condición", al buscar "contagiar a los jóvenes que viven en la desesperación y sin valores auténticos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario