En las calles de León, la emoción se siente vibrar en el corazón de cada niño, joven y adulto mayor que se encuentra ubicado en los puntos por donde el Papa Benedicto XVI transitará en su camino al Colegio Miraflores, lugar en el que se hospedará durante su estancia en nuestro país. Mientras tanto, en el aeropuerto, los miles de fieles reunidos para darle la bienvenida, gritan vitorias y la famosa porra "México siempre fiel", con la que muestran su cariño al Vicario de Cristo.
Luego de su descenso del avión, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, en compañía de su esposa Margarita Zavala, de Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México y de Mons. José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, se acercó a saludar al Papa Benedicto XVI y brindarle una calurosa bienvenida al México que le esperaba desde hace algunos años.
En su discurso, el mandatario reconoció que nuestro país ha sufrido debido a la violencia causada por el crimen organizado, pese a ello, destacó que "los mexicanos somos un pueblo fuerte, perseverante en la esperanza, en la solidaridad porque somos un pueblo que tiene valores y principios" y agregó que la visita del Pontífice "nos llena de alegría en momentos de gran tribulación", la cual consideró un gesto de solidaridad debido a las circunstancias adversas que estamos viviendo; por ello consideró que el mensaje del Pontífice será un "mensaje que renovará la esperanza en millones de hogares de México". Por último, Felipe Calderón deseó que el Vicario de Cristo disfrute México, con sus colores, sabores y tradiciones. "A nombre del pueblo y del gobierno de México, le reitero nuestra alegre bienvenida", concluyó.
El Santo Padre se ha mostrado feliz de poder estar en el país que con los brazos abiertos recibió a su predecesor y que de la misma manera hoy le acoge, entre cantos y bailes, mostrándole cómo es México y que desde ahora ésta es su tierra.
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