Papa Benedicto XVI recuerda a niños que no están solos
La tarde de este
sábado, el Papa Benedicto visitó la Plaza de la Paz, donde dirigió un emotivo mensaje
a los niños de México.
Antes
del mediodía, miles de fieles comenzaron a reunirse en los alrededores de la
Plaza de la Paz, con el ferviente deseo de poder ver al Vicario de Cristo. A lo
largo de las varias horas de espera, los diversos grupos de peregrinos
provenientes de diversas partes de la República, comenzaron a animarse unos a
otros con porras, para evitar que bajara el ánimo. Para muchos valió la pena el
haber estado ahí desde temprano, pues lograron ver al Santo Padre, quien desde
el papamóvil les saludaba y bendecía durante su trayecto a la Plaza de la Paz, lugar
al que arribara veinte minutos antes de las siete de la noche.
Nuevamente
el pueblo mexicano le recibió cálidamente, con porras, cantos, papeles con los
colores representativos del Vaticano, banderines, globos y sobre todo, con la
más sincera sonrisa. El papamóvil de Benedicto XVI se detuvo unos minutos
frente a la Catedral de Guanajuato donde le acercaron a una bebé vestida de
blanco, y luego de besarla en la frente, le fue entregado un obsequio; una rosa
de oro. Al concluir este momento, prosiguió su recorrido hacia la Casa del Conde
Rul para su encuentro con el Presidente Felipe Calderón.
Tiempo
después, salió del balcón y dirigió su mensaje a los niños guanajuatenses,
quienes representaron a toda la infancia mexicana, manifestándoles su cariño
sobre todo para aquellos que viven en situación de abandono, violencia y hambre,
y recordó que cada uno de ellos es “un regalo de Dios para México y para el
mundo. Su familia, la Iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en
la sociedad han de trabajar unidos para que ustedes puedan recibir como
herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones”.
Por
último, les exhortó a participar en las misas dominicales, en la catequesis o
en algún grupo de apostolado. “Los invito, pues, a rezar continuamente, también
en casa; así experimentarán la alegría de hablar con Dios en familia. Recen por
todos, también por mí. Yo rezaré por ustedes, para que México sea un hogar en
el que todos sus hijos vivan con serenidad y armonía. Los bendigo de corazón y
les pido que lleven el cariño y la bendición del Papa a sus padres y hermanos,
así como a sus demás seres queridos. Que la Virgen les acompañe”, concluyó.
Invadidos
por la emoción, entre lágrimas y gritos, festejaron este suceso mientras vieron
al Papa emprender su camino de regreso al Colegio Miraflores
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