miércoles, 7 de marzo de 2012

Cardenal Rivera Carrera: Cuanto menos sólida esté la familia, más desprotegida queda la vida del ser humano


Durante la eucaristía del pasado domingo 4 de marzo, el Cardenal Norberto Rivera recordó que el primer domingo de marzo “desde hace varios años, se ha dedicado en la República Mexicana a reflexionar sobre la familia”.

Seguidamente reconoció que “también la Iglesia, como parte de la sociedad humana, se suma a esta celebración” y citando al Beato Juan Pablo II y su Carta a las familias, mencionó que “la familia es el camino de la Iglesia”, porque para la Iglesia Católica “reflexionar sobre la familia no es simplemente tener en cuenta un elemento de tipo teórico. Es tener en cuenta a la realidad primaria en la que el ser humano encuentra su vocación personal y comunitaria en su camino hacia Dios”.

El Prelado agregó que las lecturas de ese domingo “exponen la necesidad de proponer la familia como un camino de vida, frente a un camino de muerte”, y ejemplificó esto con el pasaje que describe el momento en que Dios pidió a Abraham que sacrificara a su unigénito Isaac, sin embargo, la lectura concluye indicando que la voluntad de Dios es la vida y no la muerte, de manera que el Señor hace una alianza con Abraham y la humanidad, en la que “expresa el amor a la vida y a la familia, a través de la descendencia que se convierte en bendición”.

El Arzobispo de México destacó que la familia como cuna de la vida humana, está llamada a respetar la vida “desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. No debemos hacer de la familia un lugar de muerte, ni de muerte física, ni de muerte ética, ni de muerte espiritual”. Y al reconocer que en la sociedad hay signos de muerte, el Cardenal pidió a las familias enfrentar la cultura de la muerte, que como consecuencia provoca el aumento de divorcios y la práctica del aborto, porque “con la muerte de la familia, se va de la mano a la muerte del ser humano. Cuanto menos sólida esté la familia, más desprotegida queda la vida del ser humano”.

En su homilía, el Arzobispo manifestó que “La familia tiene que ir sembrando en su entorno una cultura de la vida, cada familia tiene que ser una promesa de vida, de vida humana, de vida familiar, de vida social”. Luego recordó que a finales de mayo de este año el encuentro mundial de familias con el Papa se llevará a cabo en Milán, Italia, cuya reflexión versa sobre la consideración de tres realidades que se encuentran profundamente unidas: la familia, el trabajo y la fiesta, elementos presentes en el mensaje del Papa Benedicto XVI quien señala: “es preciso promover una reflexión y un compromiso encaminados a conciliar las exigencias y los tiempos del trabajo con los de la familia y a recuperar el verdadero sentido de la fiesta, especialmente del domingo, pascua semanal, día del Señor y día del hombre, día de la familia, de la comunidad y de la solidaridad”.

“Hemos de luchar para evitar que una difundida mentalidad sacrifique a la familia sobre el altar del egoísmo, del consumismo, del individualismo. Porque una sociedad que destruye a sus familias es una sociedad condenada a destruirse a sí misma”, expresó el Cardenal proponiendo como solución el volver a la cultura del amor, de la generosidad y de la solidaridad.

“Escuchemos a Cristo, él nos libera de la cultura de la muerte, Él nos regala la cultura de la vida, que Él proteja a nuestras familias y las ayude a enfrentar con esperanza los retos y a vivir con gozo todas las bendiciones que cada día los mexicanos encontramos en nuestros hogares”, concluyó.

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