viernes, 20 de agosto de 2010

Noticias de nuestra Arquidiócesis

Tercera Vicaría recibe a su nuevo obispo

El pasado lunes 16 de agosto, la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, que se ubica en la colonia 20 de noviembre, se llevó a cabo la misa del nombramiento de Mons. Adolfo Miguel Castaño Fonseca, como nuevo Obispo Auxiliar para la III Vicaría de la Arquidiócesis de México.

Durante la celebración, el Cardenal Norberto Rivera Carrera recordó que los vicarios episcopales han sido colocados a la cabeza de cada zona pastoral debido a “la complejidad y magnitud de nuestra Arquidiócesis, así como la necesidad de responder a sus múltiples exigencias y problemas”.

Más tarde señaló que la vicaría debe tener presente “que lo más importante en la formación de agentes, en la programación, en el trabajo que se realiza, es mostrar a Cristo” para que los demás puedan encontrarse con Él. E indicó que sin esta finalidad, la buena organización no lograría tener ningún valor, ya que lo primordial es transmitir el mensaje de Jesús a cada uno de nuestros hermanos.

“Busquemos, desde Dios, reincorporar, valorar a esta III Vicaría, a sus decanatos, a sus parroquias, a la diversidad de carismas y movimientos con que el Espíritu de Dios la ha enriquecido, y hacer que por estos medios se alcance el objetivo. Que aparezca Dios como centro de la vida de esta Iglesia, de estas comunidades, que aparezca con toda claridad, la misión de evangelizar, de hacer que de aquí, de esta vicaría surjan mujeres y hombres llenos de la experiencia divina, que de verdad salgan a anunciar la buena nueva a las familias, a los jóvenes, a los alejados, a los más pobres, y transformen así, el tejido social de nuestra ciudadanía”, deseó el Arzobispo.

“Todas las acciones que va a emprender el Señor Obispo, junto con su presbiterio, junto con sus colaboradores fieles laicos, junto con sus diáconos, junto con la vida consagrada, junto con las instituciones y organismos que tiene esta vicaría, siempre se encaminen con toda claridad al encuentro con Cristo”, concluyó el Cardenal.

En un principio, la misa en la que concelebraron los obispos de nuestra arquidiócesis, fue presidida por el Sr. Cardenal y fue después de su homilía, cuando monseñor Castaño Fonseca ocupó su nuevo lugar. Al término de la celebración, los fieles reunidos, provenientes de las distintas parroquias de la vicaría encomendada a san Felipe de Jesús, brindaron un fuerte aplauso para dar la bienvenida a su nuevo obispo e igualmente para despedir y agradecer a Mons. Felipe Tejeda, por su ejemplo y servicio, pues siempre fue alguien que alentaba a amar a Dios, a Jesús Eucaristía y a nuestra Santísima Madre.



Cardenal señala que Dios es nuestra verdadera riqueza

En la misa del nombramiento de Mons. Castaño Fonseca como Obispo Auxiliar para la III Vicaría, el Cardenal Norberto Rivera destacó que los fieles solemos buscar a Dios para pedirle que haga nuestra voluntad en vez de escuchar y aceptar lo que Él tiene destinado para nosotros, “pero no es lo mismo tener a Dios en nuestros planes, que meternos nosotros en los planes de Dios. Es más difícil lo que nos enseñó Jesús: hágase Señor tu voluntad”.

Al recordar el Evangelio donde un joven se acercó a Jesús, preguntándole cómo puede vivir según la ley de Dios, el Arzobispo Primado de México añadió que el Hijo de Dios le invitó a repartir sus bienes entre los pobres, proponiéndole con ello que cambie de riqueza, pues “ahora su nuevo tesoro, si él quiere, será Dios”, y añadió que ante esa propuesta, el joven se entristeció, ya que el dinero se había convertido en lo más importante para él.

“Jesús no hizo otra cosa que evidenciar que cuando se elige a Dios como valor fundamental, todo lo demás, aunque sea valioso, se relativiza; de tal manera que puede llamarse, como decía San Pablo “basura”, con tal de ganar a Cristo. Ahí está el verdadero valor. Si no está la Trinidad como lo más importante de nuestra vida, lo demás no es nada valioso”, manifestó el Cardenal.

Durante su reflexión, el Prelado exhortó a no olvidar que “la tarea de la Iglesia es evangelizar, es decir, vivir esa experiencia de encontrarse con Jesús, a través de la propia vida, en los diversos ambientes”, ya que si esto se pierde de vista, hasta el mismo templo logra perder su valor “si no está dirigido al acercamiento con Dios”. Entonces “no pude ser valiosa la Vicaría ni las estructuras de la Arquidiócesis ni los organismos diocesanos, sino en función del valor absoluto que es Dios. Si se pierde a Dios, dejan de ser valiosas estas cosas, estas realidades”, concluyó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario