El pasado 19 de septiembre se dio a conocer otro gran testimonio de lo que hace el amor a Dios y la lucha por la defensa de la vida, al grado que, Mary Wagner, protagonista de ésta historia, está dispuesta a vivir en prisión por evangelizar a mujeres en centros abortistas.
Ésta católica canadiense de 36 años, se ha dedicado al apostolado pro-vida aun al precio de su libertad, pues ya no recuerda cuántas veces ha estado en prisión por defender la vida. Hoy, luego de acudir a un centro abortista y regalar rosas blancas con mensajes pro-vida a las mujeres que buscan abortar, se encuentra cumpliendo una condena de 40 días en la cárcel.
Según informara el sitio web ReligionenLibertad.com (ReL), Mary Wagner, quien fue descrita como "devota del Rosario y la Madre Teresa, pequeña y frágil, dulce, nada amenazadora", es una "interna asidua de las cárceles de mujeres de Toronto y Columbia Británica". En la nota se añade: "Su crimen es ofrecer apoyo y alternativas a las mujeres que se acercan a centros abortistas. Cuando la encierran, aprovecha para evangelizar a las internas".
Mary fue arrestada por primera vez el 1 de febrero de 1999. “Pero a ella no le importa: en la cárcel de mujeres ya la conocen, y aprovecha esas estancias para evangelizar. Y para consolar a las presas que han abortado". La labor que ella realiza fue inspirada porque nació en el seno de una familia numerosa y católica, incluso sus padres fueron activistas pro-vida. Sin embargo, fue en la Jornada Mundial de la Juventud 1993 de Denver (EEUU), donde realmente experimentó un profundo encuentro con Dios.
"En Denver pasó algo. Vio aquellos jóvenes incontables y su alegría especial. Con 19 años, Mary entendió ‘cómo Dios nos mira y nos ama a cada uno de nosotros de una forma cercana y personal’. Siempre había sabido que Dios ama, pero ahora entendía su protección y amor inagotable. Y eso, declaraba ya en una entrevista en el año 2000, ‘me hace sentir feliz, llena de gozo y puedo vivir como Cristo nos enseñó’", se escribió.
"Su crimen es entrar en clínicas abortistas, en la sala de espera, o en el jardín ante la puerta de entrada, y repartir rosas blancas con una tarjeta a las mujeres que hay allí. En ella se puede leer: ‘Fuiste hecha para amar y ser amada. Tu bondad es más grande que las dificultades. Las circunstancias en la vida cambian. Una nueva vida, aunque sea diminuta, promete un gozo irrepetible. ¡Hay esperanza!’".
Esta semana, un juez de Toronto la declaró culpable de "uso y disfrute ilegal" de las instalaciones de una clínica abortista ubicada cerca de Toronto, así como de "retrasar el desarrollo del negocio".
Mary aprovecha su encarcelamiento para evangelizar. "En la cárcel de mujeres reparte folletos sobre la Biblia y la Iglesia. Escucha a las mujeres que han abortado (el 90% de las presas), llora con ellas, reza con ellas".
Mary Wagner puede recibir cartas de apoyo en prisión, a través de la dirección:
Vanier Centre for Women
665 Martin St
Milton, Ontario
L9T 5E6
CANADA
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