jueves, 29 de septiembre de 2011

Cardenal Rivera Carrera: el hijo siempre será un don y nunca un derecho de nadie

El pasado domingo 25 de septiembre durante la celebración eucarística realizada en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el Cardenal Norberto Rivera Carrera manifestó que días previos, los Obispos del Episcopado Mexicano se habían reunido en Monterrey, donde se pronunciaron de acuerdo “con la altísima dignidad de la persona que es llamada a la existencia”, así insistieron que con respecto a la vida humana “no se puede tolerar la supresión mediante las diversas técnicas abortivas”.

En su homilía, el Arzobispo Primado de México destacó que “Nunca podrá ser lícita la supresión de la vida inocente de seres humanos, aunque ésta se lleve a cabo en periodos iniciales de su desarrollo”, ya que con éste tipo de acciones es como se ha ido multiplicando la violencia en nuestro país, porque fomentan el desprecio a la vida desde su comienzo y también en su etapa final.

“Reiteramos, decíamos los Obispos, que una injusticia no puede ser subsanada jamás con otra injusticia, por lo que el aborto no es nunca una solución”, expresó el Cardenal. También explicó el deseo de la Iglesia Católica, de “acompañar a las mujeres que se encuentran enfrentando un embarazo difícil, para acoger el don de la maternidad”, pues la propia Iglesia ya “está organizada para salir al encuentro de esas mujeres que tienen dificultades, porque sabemos que viven bajo grandes presiones de su propia familia, de su trabajo y de la misma persona que las embarazó”.

El Prelado reiteró que “el hijo siempre será un don y nunca un derecho de nadie, tiene una dignidad personal única e irrepetible. Las ayudas técnicas a la procreación deben respetar siempre ésta verdad, evitando sustituir la lógica del amor por la lógica de la reproducción, como si el ser humano fuera un producto del mercado, que se puede reproducir o se puede suprimir de ese mercado”.

Por último, el Cardenal Rivera invitó a que “Tengamos respeto a la persona humana y expresemos ese respeto a la persona humana, en privado y en público, lo mismo expresábamos lo que hacemos cabeza en las distintas iglesias históricas: las iglesias Anglicanas, las iglesias Ortodoxas, la Iglesia Católica, los Evangélicos, los Pentecostales, etc. Todos coincidimos en ese respeto a la vida humana, y por lo tanto, nos oponemos firmemente a que se estén manipulando los embriones, a que se estén manipulando los seres humanos, sólo porque están comenzando esa vida humana”.

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