miércoles, 8 de febrero de 2012

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN


12-02-08- NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz
VER NOTA al final del texto.
Evangelio (cf. Mateo 6, 9-13 y Lucas 11, 2-4): Padre Nuestro que estás en el Cielosantificado sea tu nombrevenga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensascomo también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN, y líbranos del mal. Amén.

I.- ENSEÑANZA BREVE:
¿Qué significa “No nos dejes caer en la tentación”?
Pedimos a Dios Padre que no nos deje solos y a merced de la tentación. Pedimos al Espíritu saber discernir, por una parte, entre la prueba, que nos hace crecer en el bien, y la tentación, que conduce al pecado y a la muerte; y, por otra parte, entre ser tentado y consentir en la tentación. Esta petición nos une a Jesús, que ha vencido la tentación con su oración. Pedimos la gracia de la vigilancia y de la perseverancia final (Compendio de la Iglesia Católica. Nos. 596).
II.- VER - JUZGAR – ORAR - ACTUAR
VER
El ser humano, cuando renuncia a su capacidad de razonar, para discernir entre el bien y el mal, es presa fácil de todo tipo de tentaciones y dejándose llevar por sus apetencias. Haciendo mal uso de su libertad, puede caer en excesos y cometer muchas tropelías y malas acciones. Hay quienes buscando su propio interés, se olvidan del bien común y en nombre de “su libertad”, que en realidad “es libertinaje”, hacen lo quieren, sin importarles si se dañan a sí mismo o a otras personas. Su error está en que no se rigen por la verdad sino por la mentira, se dejar guiar por el relativismo que rechaza la justicia, la ley natural, la Ley de Dios, al prójimo, a sí mismo y a Dios.
 
JUZGAR
La tentación es el preámbulo del pecado, pero en sí misma, no es pecado. Todos somos tentados, el mismo Señor Jesucristo fue tentado, de una manera distinta a la que nosotros somos tentados, pero Él mismo quiso experimentar la tentación, para mostrarnos que es posible vencerla con la Verdad, con la Palabra de Dios, con la Fe.
Debido a nuestra naturaleza, herida por el pecado, somos limitados, carecemos de muchas cosas y apetecemos muchas más de lo que necesitamos y que en ocasiones son inútiles para nosotros o incluso nos pueden hacer daño.
La fractura generada por el pecado nos impide vivir en relación equilibrada y justa con lo que nos rodea, con las demás personas, con nosotros mismos y con Dios. Así, desconociendo el sentido de nuestra vida, del qué y para qué son las cosas, de quiénes somos y Quién es Dios, fácilmente caemos en la tentación de buscar afanosamente el amor, la felicidad, la realización plena en aquello que “nos tienta” y “que nos llama la atención” más allá de la verdad y de la justicia. Él ser humano, al dejar de oír la voz de su conciencia o por no haberla formado rectamente, al sobrepasar los límites del bien común, es dominado por el parecer, el placer, el poder, el poseer.
Nuestra realidad es que somos limitados y propensos al pecado, necesitamos de Jesús Redentor. No reconocer esto, es en sí mismo una tentación. Nuestra vida, tiene sentido pleno no solo en nuestra realización terrena sino sobre todo en alcanzar la Vida Eterna. Para superar la tentación y alcanzar nuestro destino final, necesitamos ayuda, necesitamos de Dios. Él viene a nosotros, nos ha enviado a su Hijo, para rescatarnos y darnos la felicidad, en esta vida y en la Eternidad. Jesús por su vida y sacrificio redentor, nos ha mostrado cómo realizar nuestra existencia y nos ha abierto las puertas de la Vida Eterna. Él, con su pasión, muerte y resurrección, rompió la cadena del pecado que nos esclaviza y nos otorga su Gracia que nos permite superar cualquier tentación, viviendo en la Verdad, en la Justicia y en el Amor, que engendran la paz y propician el desarrollo integral de cada persona y de la humanidad entera. El Espíritu Santo ilumina nuestro entendimiento y fortalece nuestra voluntad para superar las tentaciones, teniendo los mismos intereses de Jesús, que son la Gloria del Padre, la realización del bien común y la salvación de todos los seres humanos.
La sociedad hedonista en la que vivimos, es fuente de infinidad de tentaciones: consumismo, vanidad, superficialidad, hipocresía, manipulación, autoritarismo, pérdida del sentido de la vida etc.
Podemos decir que en la actualidad, la tentación, ya no está solo en lo que a la persona se le podría ocurrir, sino también en “las apetencias y necesidades” que la publicidad coloca en las calles, trasmite en los medios de comunicación y lleva incluso al hogar, indistintamente de la edad, a través de la internet, la televisión, la radio, el periódico, las revistas, etc. En estos medios, las tentaciones en el terreno de la sexualidad son ampliamente promovidas: pornografía, autoerotismo, promiscuidad, relaciones fuera del matrimonio, infidelidad matrimonial, desorientación ante la propia identidad sexual, la búsqueda de “nuevas experiencias”, etc.
Hay quienes se dejan conducir por las tentaciones de la comida, el alcohol, las drogas, la vanidad, el hablar mal de otros, la pereza, la envidia, los celos, el carácter “enojón” o “conflictivo”. Otros más son tentados en el mentir, el robar e incluso para abortar o matar.
La baja autoestima, el no valorarse ni valorar a los demás, es también una tentación.
La tentación más grave es la de no creer en Dios, rechazar su plan de Amor, rechazar la redención realizada por Jesucristo, cerrarnos a la Gracia del Espíritu Santo, pensar y actuar, como sí Él no existiera.
Llevar una vida cristiana mediocre, tibia, estancada, pensando que sin la oración, sin los sacramentos y sin la Iglesia. Sin el estudio de la Sagrada Escritura o sin la actualización de la fe, se puede ser católico, es una tentación frecuente.
Grave tentación, conducida por la soberbia, es la de quienes viviendo mediocremente su catolicismo, se presenten como modelo de vida.
Las tentaciones se superan cuando tenemos en la mente y en el corazón los criterios de la Verdad y de la Justica, que nos llevan en todo a amar a Dios, a amarnos y respetarnos a nosotros mismos, a buscar el bien común y sobre todo, a procurar siempre la Gloria de Dios y el servirlo a Él en los demás.
ORAR
Señor, Tú eres mi Padre, yo tu creatura. Tú eres Santo, yo pecador y me he alejado de Ti. Sin embargo me amas y me buscas para que vuelva a Ti. Dame la Gracia de tu Espíritu para que superando toda tentación, en la oración y el servicio me configure a tu Hijo Jesús.
Virgen María, Madre de Jesús y Madre mía, Hija predilecta del Padre y templo vivo del Espíritu Santo, a Ti, la llena de Gracia, que también enfrentaste y superaste infinidad de tentaciones, te pido me tengas en tu regazo y abogues por mí, para que superando toda tentación, procure en todo hacer la voluntad de Dios, procurando siempre decir como Tú, “hágase en mí, según tu Palabra”.
ACTUAR
Hoy, revisaré mi vida, para detectar cuales son las tentaciones más frecuentes que se me presentan. Reconociendo especialmente las que me llevan a pecar, procuraré alejarme de estas tentaciones para evitar toda ocasión de pecado o mediocridad en mi vida como católico. También, me acercaré a confesarme para recibir el perdón de mis pecados y la Gracia para superarlos y no volver a caer en la tentación.
Hoy rezaré el Padre Nuestro, reflexionando especialmente las palabras  “NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN” y procuraré escribir lo que significan para mí. Si es posible compartiré mi reflexión con Mons. Pedro Agustín.
NOTA: Seguimos meditando el Evangelio, según el esquema de la Lectio Divina (Leer, meditar, orar, contemplar y actuar), presentando: un texto bíblico, un ver, un juzgar, un orar y un actuar. En las meditaciones de estos días tomamos como referencia la Oración del Padre Nuestro, desmenuzando las ideas que nos presenta, para una mejor comprensión y vivencia de las enseñanzas de Jesús, para estar en sintonía con Él, tener sus mismos intereses y ser santos en adoración al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, pues la Oración del Padre nuestro es “el resumen de todo el Evangelio” (Tertuliano) y “la más perfecta de todas las oraciones” (Santo Tomás de Aquino).

Para hacer llegar algún comentario, puedes escribir a evangelizarorando@yahoo.com.mx

Aparta la fecha para que asistas a la beatificación de la. Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (21-abril-2012. Basílica de Guadalupe. 11:00 horas).

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