Nemesio Rodríguez
Lois
La
presencia de Su Santidad Benedicto XVI al pié de la Montaña Sagrada de Cristo
Rey (Cerro del Cubilete en Silao) no es una simple coincidencia sino que
contiene un profundo mensaje que a todos debe hacernos meditar.
La
imponente escultura erigida en honor a Cristo Rey –la más alta del mundo
después de la del Corcovado en Brasil- es un reconocimiento a la Realeza Social
de Cristo o sea el hecho de que Cristo es el monarca absoluto ante el cual se
inclina toda la creación.
Apoyándonos
en la Encíclica “Quas Primas”que
publicara Pío XI en l925, afirmamos que Cristo es Rey por un doble
motivo:
*Porque,
al estar unido con Dios Padre, creador del universo, todo lo creado le
pertenece.
*Porque,
gracias a su Pasión y Muerte, nos redimió del pecado ganándonos para Su Reino.
Ahora
bien, afirmar que Cristo es Rey debe ir más allá del simple grito emotivo con
el que los mártires de la Cristiada ofrendaban sus vidas.
Afirmar
que Cristo es Rey implica que, como todo monarca que se precie de serlo, debe
ser obedecido y la manera práctica de obedecerlo es cumpliendo los Mandamientos
de Dios, de la Iglesia y, por supuesto, las disposiciones dadas por el Papa y
obispos en comunión con Roma.
En
el momento en que hagamos esto, se podrá afirmar como en la práctica –y no
solamente en lo emotivo- Cristo reina realmente en la sociedad.
De
este modo se verá como Cristo reina en las familias cuando padres, hijos y
esposos cumplen con sus deberes; como Cristo reina en el mundo laboral cuando
se da un clima de justicia entre patrones y obreros; como Cristo reina en el
mundo económico cuando productores, empresarios, intermediarios y consumidores
cumplen sus compromisos de manera justa y razonable; como Cristo reina en los
medios artísticos cuando escritores y actores procuran divertir sin que Dios
sea ofendido; como Cristo reina en la política cuando los gobernantes se
consideran simples delegados de la autoridad divina…y así sucesivamente.
Es
así, en la práctica y no en la simple teoría emotiva como que logra que Cristo
imponga su santa ley sobre la sociedad. Ni duda cabe que la sociedad que cumple
los mandatos del divino rey es la que mayores posibilidades tiene de alcanzar
la felicidad aquí en la tierra.
Pues
bien, Benedicto XVI, representante de Cristo Rey aquí en la tierra, estará muy
pronto al pié del grandioso monumento que proclama la Realeza Social de Cristo.
Estemos
muy atentos al mensaje que el representante del Rey de reyes habrá de darnos en
tan memorable ocasión pues lo que allí se proclame será de gran beneficio tanto
para México como para el resto de los pueblos hispánicos.
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