viernes, 25 de noviembre de 2011

El Adviento

El Adviento es el tiempo litúrgico que invita a la preparación para la Navidad, momento en que celebraremos el nacimiento del Hijo de Dios. Esta palabra proviene del latín "adventus" y significa “venida”. El color utilizado en esta época es el morado, que simboliza la penitencia, pues estamos llamados al arrepentimiento, que nos llevará a estar en gracia y así poder vivir plenamente éste acontecimiento.

Éste año, el primer domingo de Adviento será el 27 de noviembre, pues dentro del calendario litúrgico, el Adviento es una fecha movible. Para identificar éstas cuatro semanas de preparación, en las que se vive la espera de la llegada del Salvador, debemos contar cuatro domingos del 25 de diciembre hacia atrás.

El 25 de diciembre, celebramos la natividad del Señor, recordando que el Verbo se hizo hombre como nosotros, naciendo en un pesebre, lleno de humildad y pobreza. Esto también nos exhorta a añorar el momento de la Parusía, cuando el Señor habrá de venir como Juez de todas las naciones. Las actitudes que debemos retomar, nos invitan a hacer una revisión de nuestra vida, y reflexionar sobre nuestra espiritualidad y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Con el Adviento, comienza un nuevo año para la Iglesia Católica y éste mismo, concluye con la celebración de Cristo Rey.




La Corona de Adviento

Tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos:

La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las cuatro velas: Nos hace pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.
Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.

Las manzanas rojas: Que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

Los domingos de adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario