Al mediodía del pasado 30 de octubre, el Cardenal Norberto Rivera Carrera aseguró en su homilía dominical, que Jesús es el único maestro, quien nos enseña la verdad. Seguidamente, recordó que las enseñanzas del Hijo de Dios se dirigen a toda la gente del pueblo, y que ese día en particular, el Evangelio se refirió a los doctores de la Ley.
Al inicio de su mensaje, el Arzobispo Primado de México lamentó la época de tibieza y pobreza espiritual en la que vivimos, la cual se da por tres razones principales: por ser oportunistas y no tomar en serio la Gloria de Dios; por apartarse del camino de Dios para seguir el propio camino; y por dejarse guiar por la acepción de personas, sin ver a quién maltratamos.
Más adelante, refiriéndose al pasaje bíblico, el Cardenal reflexionó sobre la enseñanza de Jesús respecto a aquellos hombres que no cumplen con lo que predican, quienes se convierten en líderes religiosos incoherentes al repetir aquello que denuncian. La crítica de Jesús se da entonces contra ese antitestimonio respecto a lo que decimos y hacemos.
"Si somos sinceros este Evangelio tiene mucho qué decirnos a todos, porque todos corremos el riesgo de caer en la incoherencia, la inercia del inhumanismo y la inercia de la falsedad. La inercia de la incoherencia que es el abismo entre la teoría y la práctica, entre los principios en desacuerdo con los hechos. Y esto puede darse en todos los ambientes, desde el ambiente familiar en donde el padre le ensaña al hijo que jamás debe contar mentiras y cuando llega el cobrador “diles que no estoy”, entonces el niño no sabe por dónde caminar si por aquello que le dijo el padre o por la mentira que le está enseñando. Pero también esto puede suceder en el ambiente eclesial, en donde nosotros predicamos una cosa y hacemos otra, o en el ambiente político, en el ambiente económico o en cualquier clase de liderazgo", agregó.
El Prelado explicó que éste inhumanismo “es imponer leyes, obligaciones, reglamentos, normas de vida que son cargas”, y que quienes las imponen, no desean cumplirlas o saber si son soportables para la gente. Luego indicó que la inercia de la falsedad, es cubrir el vacío interior con apariencias exteriores. Así insistió que estas incongruencias de los líderes, no justifican el mal comportamiento de los fieles.
"Si el político que tenemos a la cabeza, está robando, a nosotros no nos justifica el robar. Si el sacerdote que está a la cabeza de mi comunidad comete o realiza un mal comportamiento, yo no puedo justificar mi mal comportamiento porque él se portó mal. Después de habernos detenido a mirarnos saludablemente en el espejo de los escribas y fariseos, a quienes Jesús fustiga en el Evangelio de hoy, también es saludable detenernos a considerar el programa presentado por Cristo a los suyos, como réplica a un modo de entender negativamente la religión", expresó.
Por último el Cardenal Norberto Rivera invitó a pensar en aquellos que se han alejado de Dios, situación que atribuyó a que la Iglesia no ha sabido presentarles correctamente al Padre. De ésta manera aseguró que Jesús enseñó que como hijos de Dios, todos los hombres somos hermanos y que sólo sabiendo esto, saldremos a ayudar a los hermanos, sirviendo como el mismo Cristo lo hizo, sin intención de presunción o de ser servidos.
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