En
la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el pasado domingo 13 de mayo
el Cardenal Norberto Rivera reflexionó acerca del amor de Dios, asegurando que
el primero en amar es precisamente Dios, quien nos ama aunque no tengamos
mérito de ello. De esta manera se hace comprensible el que nos enviara a su
Hijo Único, como “victima de expiación por nuestros pecados”, para que
pudiéramos creer y tener vida.
El
Prelado recordó a la beata Teresa de Calcuta, quien solía señalar que “a este
mundo hemos venido a dos cosas: a amar y a ser amados, nadie en su vida puede
estar completo si falta alguno de estos dos elementos”. Junto con ello, explicó
que ser amados nos “abre a la aventura de amar a los demás”, lo cual es
necesario en la vida de creyentes y no creyentes.
Por
otra parte, el Arzobispo Primado de México destacó que no se puede dudar del
amor del Padre, sin embargo reconoció que sí puede ponerse en tela de juicio el
amor humano, sobre todo cuando no está fundamentado en Dios, porque cuando sabemos
y sentimos que Dios nos ama, brotará de nosotros la necesidad de amar, lo cual
habrá de traducirse en obras concretas, aunque al mismo tiempo reconoció que nos
cuesta mucho trabajo amar al prójimo, ya que implica perdonar y hacer el bien a
los que nos han ofendido.
Seguidamente,
el Cardenal invitó a cumplir el máximo mandamiento que Jesús nos enseñó: “Que
se amen los unos a los otros como yo los he amado”, aceptando que bajo la
consideración de que el cristiano es aquel que ama como el Señor, tristemente observaremos
que los mexicanos no hemos sabido ser cristianos.
"Qué lejos estamos los mexicanos de ser cristianos, cuando lo que
prevalece en nosotros es el egoísmo, la maldad, la mentira, la violencia, la
corrupción; cuando no se respeta la vida, empezando por la vida más indefensa
que está en el vientre de la madre, y continuando por la vida de los inocentes
que a diario mueren en nuestra patria sin que la crueldad de estos crímenes nos
indigne y conmueva".
El
Arzobispo indicó también, que nuestra salvación y la de nuestra patria la
encontraremos en Cristo, porque con Él iremos transformando poco a poco cada
entorno familiar y social.
"Toda descomposición social que se apodera de nuestra patria, es porque
nos hemos alejado de Dios, nos hemos alejado del amor de Dios. Porque nos
negamos a permanecer en el amor de Jesús, porque vivimos en el egoísmo y
queremos acapararlo todo, porque vivimos en la violencia y queremos
desquitarnos de todo; porque queremos constituirnos nosotros en nuestros
propios dioses. Nosotros si seguimos por ese camino evidentemente, si nos
alejamos de Dios y nos dejamos invadir por el odio y no por el amor, iremos
tras la mentira, tras la corrupción, iremos tras la insatisfacción y por
supuesto iremos tras la violencia".
Por
último, el Cardenal Rivera felicitó a todos los que se dedican a la enseñanza,
ya que “sin educación no puede haber transformación verdadera, no puede haber
crecimiento. Sin educación cerramos muchas puertas de oportunidad para nosotros
y para todos los mexicanos”. Así exhortó a apoyar los proyectos educativos y a
orar por todos los que realizan ésta labor, en la que debemos participar todos,
para juntos lograr que México sea un buen país para vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario