La
mañana de este 20 de enero, al recibir a un grupo de seminaristas del Almo
Collegio Capranica de Roma, el Papa Benedicto XVI resaltó que los sacerdotes
deben tener un profundo anhelo de santidad y que además de la ascesis, deben
vivir la fidelidad de manera heroica.
En
su reflexión, el Santo Padre recordó el martirio de Santa Inés, el cual “significó
la generosa y libre aceptación de donar su joven vida, en su totalidad y sin
reservas, para que el Evangelio fuese anunciado como verdad y belleza que
iluminan la existencia" por que en él, la santa “sella también otro
elemento decisivo de su vida, la virginidad por Cristo y por su Iglesia. La
entrega total en el martirio fue precedida por la elección consciente, libre y
madura, de la virginidad, como testimonio de la voluntad de ser totalmente de
Cristo (…). Inés, todavía joven, había aprendido que ser discípulos del Señor
quiere decir amarlo poniendo en juego toda la existencia".
Luego,
el Vicario de Cristo indicó que al igual que Santa Inés, "la formación del
presbítero debe ser integral, completa; exige ejercicio ascético, constancia y
fidelidad heroica, en todos los aspectos que la constituyen. En la base debe
haber una sólida vida espiritual, animada por una relación intensa con Dios a
nivel personal y comunitario, con especial cuidado en las celebraciones
litúrgicas y en la frecuencia de los sacramentos".
A
su vez, el Pontífice destacó que "la vida sacerdotal requiere un anhelo
creciente de santidad, un claro ‘sensus Ecclesiae’ y una apertura a la
fraternidad sin exclusiones ni parcialidades", porque "Del camino de
santidad del presbítero también forma parte su decisión de labrarse, con la
ayuda de Dios, con su propia inteligencia y esfuerzo, una verdadera y sólida
cultura personal, fruto de un estudio apasionado y constante. La fe tiene una
dimensión racional e intelectual que le es esencial".
"Quien
alcanza la madurez en esta formación cultural global puede ser más eficazmente
educador y animador de esa adoración ‘en Espíritu y verdad’ de la que Jesús
habla a la samaritana. Tal adoración está llamada a ser un culto en el que el
hombre mismo, en su totalidad de ser dotado de razón, se hace adoración,
glorificación del Dios viviente", agregó.
Más
adelante el Papa exhortó: "Aprended a conocer las diversas situaciones de
las naciones y de las Iglesias en el mundo, y a formaros en una dimensión
católica. Preparaos a estar cerca de todas las personas que encontréis, sin
permitir que ninguna cultura pueda constituir una barrera a la Palabra de vida
de la que sois anunciadores, también con vuestra vida".
Finalmente
el Papa señaló que "la Iglesia espera mucho de los jóvenes sacerdotes en
la obra de evangelización y de nueva evangelización. Os animo para que con el
esfuerzo cotidiano, enraizados en la belleza de la tradición auténtica, unidos
profundamente a Cristo, seáis capaces de llevarlo a vuestras comunidades con
verdad y alegría".
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