A iniciativa de Familia Eucarística, del 27 de junio al 4 de Julio, en el Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe, se llevará a cabo una jornada de oración, que consiste en que durante 7 días y 6 noches, los fieles católicos asistirán a adorar a Jesús Eucaristía, en lo que se ha denominado “el Sitio de Jericó”. Así, las 24 hrs del día, se realizará el rezo del santo rosario, coronillas al Señor de la Misericordia, Adoración, alabanzas, etc.
Personas de todas partes del mundo, en años anteriores, han acudido a este lugar a orar frente al Santísimo, para pedir por alguna intención particular y otras comunitarias. En esta ocasión se va a orar, de manera especial, por el Cardenal Norberto Rivera, quien está cumpliendo XV años al frente de la Arquidiócesis de México y XXV años de obispo, señaló Rosalía Cuellar, miembro de Familia Eucarística y coordinadora de esta jornada de oración.
Cualquiera que lo desee, puede participar, y hay dos maneras de hacerlo, una de ellas es acudiendo al Templo Expiatorio a Cristo Rey, y vivir una hora de adoración frente Jesús Eucaristía, la otra es orando desde su casa o trabajo, notificando a los organizadores el horario en el que participarán de ésta oración en comunidad.
Rosalía Cuellar, explicó que el origen del Sitio de Jericó, se remonta a diciembre de 1978, cuando en Polonia, la Virgen de la Inmaculada Concepción, por boca de una mística polca, pidió que se rezaran 7 días y siete noches de rosarios continuos, en la Abadía de Chestokoba, donde se tuvo como intención principal, el orar para que, el entonces Papa, Juan Pablo II, pudiera tener un feliz viaje a su tierra natal, el cual se había visto obstaculizado por varios motivos. “Entonces el Vicario General de Varsovia, aprobó esta forma de oración y felizmente el Papa logró visitar Polonia”, agregó.
Estas oraciones, principalmente el rezo del Rosario, que se dieron durante 7 días y siete noches, se les llamó “Sitio de Jericó”, en recuerdo de la narración que nos hace la Biblia (Josué 6, 11-27), donde se explica que Jericó estaba fuertemente custodiado contra los hijos de Israel. Entonces Yahvé le dijo a Josué que iba a poner la ciudad en sus manos, pero que debía rodearla, durante 7 días con sus noches.
Para 1988, el Sitio de Jericó llegó por primera vez a nuestro país, pues en Guadalajara, el Arzobispo Juan Jesús Posadas Ocampo, recibió la petición por parte de un grupo de laicos y lo autorizó. Para el 2007 comenzó a llevarse a cabo en la ciudad de México, en el Templo Expiatorio a Cristo Rey, por iniciativa del rector Monseñor Pedro Agustín Rivera Díaz, quien lo vio como algo importante y necesario.
Durante el 2007 y el 2008, el Sitio de Jericó se realizaba solamente una vez al año, pero fue a partir del año pasado, que se realizó dos vez, una en febrero y nuevamente para julio. Lo que se pretende en este lugar de oración, es “derrumbar las murallas del pecado que existe principalmente en nuestra ciudad”.
Si deseas unirte al Sitio de Jericó, para tomar tus datos, comunícate al correo electrónico:
familia_eucaristica@yahoo.com.mx
Personas de todas partes del mundo, en años anteriores, han acudido a este lugar a orar frente al Santísimo, para pedir por alguna intención particular y otras comunitarias. En esta ocasión se va a orar, de manera especial, por el Cardenal Norberto Rivera, quien está cumpliendo XV años al frente de la Arquidiócesis de México y XXV años de obispo, señaló Rosalía Cuellar, miembro de Familia Eucarística y coordinadora de esta jornada de oración.
Cualquiera que lo desee, puede participar, y hay dos maneras de hacerlo, una de ellas es acudiendo al Templo Expiatorio a Cristo Rey, y vivir una hora de adoración frente Jesús Eucaristía, la otra es orando desde su casa o trabajo, notificando a los organizadores el horario en el que participarán de ésta oración en comunidad.
Rosalía Cuellar, explicó que el origen del Sitio de Jericó, se remonta a diciembre de 1978, cuando en Polonia, la Virgen de la Inmaculada Concepción, por boca de una mística polca, pidió que se rezaran 7 días y siete noches de rosarios continuos, en la Abadía de Chestokoba, donde se tuvo como intención principal, el orar para que, el entonces Papa, Juan Pablo II, pudiera tener un feliz viaje a su tierra natal, el cual se había visto obstaculizado por varios motivos. “Entonces el Vicario General de Varsovia, aprobó esta forma de oración y felizmente el Papa logró visitar Polonia”, agregó.
Estas oraciones, principalmente el rezo del Rosario, que se dieron durante 7 días y siete noches, se les llamó “Sitio de Jericó”, en recuerdo de la narración que nos hace la Biblia (Josué 6, 11-27), donde se explica que Jericó estaba fuertemente custodiado contra los hijos de Israel. Entonces Yahvé le dijo a Josué que iba a poner la ciudad en sus manos, pero que debía rodearla, durante 7 días con sus noches.
Para 1988, el Sitio de Jericó llegó por primera vez a nuestro país, pues en Guadalajara, el Arzobispo Juan Jesús Posadas Ocampo, recibió la petición por parte de un grupo de laicos y lo autorizó. Para el 2007 comenzó a llevarse a cabo en la ciudad de México, en el Templo Expiatorio a Cristo Rey, por iniciativa del rector Monseñor Pedro Agustín Rivera Díaz, quien lo vio como algo importante y necesario.
Durante el 2007 y el 2008, el Sitio de Jericó se realizaba solamente una vez al año, pero fue a partir del año pasado, que se realizó dos vez, una en febrero y nuevamente para julio. Lo que se pretende en este lugar de oración, es “derrumbar las murallas del pecado que existe principalmente en nuestra ciudad”.
Si deseas unirte al Sitio de Jericó, para tomar tus datos, comunícate al correo electrónico:
familia_eucaristica@yahoo.com.mx
Sitio de Jericó, una experiencia de adoración a Jesús Eucaristía
En la Eucaristía del pasado domingo 27 de junio, Monseñor Pedro Agustín Rivera, rector del Templo Expiatorio a Cristo Rey, Antigua Basílica de Guadalupe, exhortó a los fieles a seguir a Jesús, pues “Él es camino, verdad y vida. Es camino que nos conduce precisamente al Padre, es la verdad que nos habla y que ilumina nuestra inteligencia para que nosotros podamos discernir entre el bien y el mal, y nos ofrece no solamente la alegría en esta vida, sino también, en la vida eterna”.
Monseñor concluyó su homilía invitando a los asistentes a pasar un momento de adoración con aquél “que verdaderamente le da sustento a nuestra existencia y nos muestra el camino para ser felices, y para alcanzar la vida eterna”.
Al término de la celebración, en medio de oraciones y la alegría de los fieles, Monseñor llevó en procesión al Santísimo, hasta la Capilla del Sagrario, para inaugurar el denominado Sitio de Jericó, donde durante 7 días se expuso al Santísimo las 24hrs., para que los fieles acudieran a orar por sus intenciones personales y así mismo, unirse con la intención principal de éste año, que era pedir por las necesidades del Cardenal Norberto Rivera y agradecer por sus XV años al frente de la Arquidiócesis de México y sus XXV años como obispo.
Esta jornada de oración, que concluyó el 4 de julio, comenzó a organizarse en la Antigua Basílica de Guadalupe desde el 2007, llevándose a cabo una vez al año. Para el 2009, el Sitio de Jericó se realizó en el mes de febrero y julio, al igual que éste 2010.
A partir de la primera vez que se realizó el Sitio de Jericó, miles de personas han venido a visitar a Jesús Eucaristía, no sólo de nuestro país, sino de todas partes del mundo, participando del rezo del santo rosario, coronillas al Señor de la Misericordia, Adoración, alabanzas, etc., pues es una experiencia que ha dejado cientos de testimonios, algunos de ellos, sobre los milagros que ha hecho Jesús Eucaristía, para sanar a enfermos; otros testimonios hablan sobre la conversión de aquellos que no le conocían ni le amaban y que ahora entregan su vida por Él.
El origen del Sitio de Jericó, se remonta a diciembre de 1978, cuando en Polonia, la Virgen de la Inmaculada Concepción, solicitó que durante 7 días y siete noches se rezara el rosario, para lograr derrumbar las barreras que impedían que el Papa Juan Pablo II visitara su tierra natal. A estos días de oración, se les llamó “Sitio de Jericó”, en recuerdo de la narración bíblica (Josué 6, 11-27), donde Yahvé prometió a Josué, poner la ciudad de Jericó en sus manos, aunque ésta estaba fuertemente custodiada, la condición era que debía rodearla durante 7 días y sus noches.